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jueves, 3 octubre, 2024

Venezolana en Guayaquil: “Te hacen pruebas de coronavirus cuando estás muriendo, si acaso”

En medio de hospitales atestados de pacientes, venezolanos que pueden tener coronavirus cuentan que solo se les realizan las pruebas diagnósticas a las personas que están suficientemente enfermas en Guayaquil, pero no de inmediato. Más de 300 cadáveres han sido recogidos en los últimos días de sus domicilios, producto del caos sanitario y funerario. Se reportan 12 criollos contagiados y un fallecido por coronavirus en Guayaquil

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Caracas.- La pandemia por coronavirus se instaló en Guayaquil como el enemigo por vencer en la guerra sanitaria que hoy libra Ecuador. “Te hacen la prueba del coronavirus cuando estás muriendo, si acaso”, refiere una venezolana que puede tener el virus a su hermana radicada en Quito, al narrar el drama que vive en la segunda ciudad más grande de Ecuador, hoy convertida en campo de batalla contra el COVID-19.

La situación para la venezolana en Guayaquil se vuelve más difícil, porque otro hermano presuntamente también tiene coronavirus. En este caso, de mayor gravedad. Ambos comparten una vivienda. Él es médico. Tiene 50 años y llegó hace cinco a esa ciudad costera; ella, con 47 años, vive allá desde hace uno.

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Los dos solicitaron resguardar sus nombres. También la hermana que reside en Quito y que conversó con El Pitazo. Cuenta que hace una semana sus dos hermanos comenzaron a presentar malestar de gripe y tos. Primero fue él y después, ella.

Entonces su hermano acudió a uno de los hospitales de la ciudad. Estaba lleno. Peor aún: desbordado de pacientes que, al igual que él, no pudieron ser evaluados.

“Le dijeron que primero debía hacer una fila (interminable) para ser atendido. Preguntó por la prueba e insistieron en que esperara su turno. Los pacientes que salían de emergencia se quejaban de la falta de atención. Comentaban que les indicaban paracetamol, pero no les daban el tratamiento. Solo les decían que se fueran a casa y permanecieran aislados”, señala la venezolana.

Añade que su hermano supo más tarde que únicamente realizan las pruebas diagnósticas a las personas que están suficientemente enfermas en Guayaquil, pero no de inmediato. “¡Debes esperar a que te den una cita!”, le dijo el hombre.

“Y si logras conseguir la cita y obtener los resultados de las pruebas antes de morir, no hay camas para permanecer en los hospitales. Igual te mandan a casa”, comenta.

Cansado de esperar en vano en el hospital, el médico venezolano regresó a su casa, ubicada en el sur de Guayaquil. Comenzó a tomar paracetamol e infusiones con jengibre y eucalipto, que ayudaron a disminuir momentáneamente la tos, “que era continua, desesperante”, narra la hermana que vive en Quito.

Sin embargo, indica que ahora se le ha descompensado el estómago. Tiene vómitos y náuseas y fiebre, aunque menos dificultad para respirar. “Mi hermana, que presenta señales más leves y optó por no acudir a ningún hospital en vista del colapso sanitario, está colocándole en casa un tratamiento endovenoso para la fiebre y la gastritis”, añade.

Eduardo Febres Cordero, presidente de la Fundación Venezolanos en el Exterior Ecuador (Funvexec), registra 12 casos de venezolanos contagiados y una persona fallecida por coronavirus en Guayaquil, identificada como Lyll Montes de Parga, exdirectora del Hospital Central de Barquisimeto y que trabajaba en el Hospital Los Ceibos del Seguro Social.

“Son personas que se han comunicado con nosotros y, por suerte, se encuentran bastante bien y en sus casas”, apunta a El Pitazo. Expresa que Funvexec brinda a los pacientes el servicio de telemedicina a través de un grupo de médicos voluntarios. “En algunos casos, conseguimos enviarles unos kits de alimentación”, manifiesta Febres Cordero.

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Ecuador es el segundo país de América Latina con el mayor número de muertos por coronavirus (120), después de Brasil (252), según cifras reportadas por ambos Gobiernos el jueves 2 de abril.

Y Guayaquil, la segunda ciudad más grande de Ecuador, con casi 2,7 millones de habitantes, es el epicentro de la pandemia en ese país: el coronavirus ha cobrado 60 vidas, 50% del total nacional, y 1.520 personas están infectadas, es decir, concentra 68% de todos los contagiados de la provincia del Guayas (2.243 casos), de la que es capital.

Principal puerto marítimo del país, Guayaquil fue donde se detectó el primer caso de coronavirus en Ecuador el pasado 29 de febrero, importado de España.

El temor de los venezolanos en Guayaquil

El venezolano Luis López reside desde 2017 en Guayaquil. En su país era jefe de departamento en una compañía aseguradora. Hoy, a los 61 años, vive del comercio informal.

Asegura que desde que la propagación del virus se desbocó, en Guayaquil solo sale a comprar alimentos en un supermercado ubicado frente al edificio donde vive, en el centro de la ciudad. “Y a comprar únicamente lo necesario, porque no tengo para comprar en grandes cantidades”, precisa a El Pitazo.

Comenta que el sur de Guayaquil ha sido más castigado por el coronavirus, donde habitan las familias más pobres, en su mayoría trabajadores informales que deben salir a la calle todos los días para ganarse la vida. “El Estado propuso un bono de 60 dólares mensuales, por tres meses a las personas de bajos recursos que viven del mercado informal, previo registro en una página web que, según me cuentan, es todo un problema acceder a ella”, dice.

López señala que los números de emergencia 911 y 171 no se dan abasto para responder a las personas que llaman en busca de atención. Y a la escasez de pruebas para diagnosticar el coronavirus, añade que los test no son gratuitos y los resultados pueden demorar hasta siete días. “Si llevas un récipe de un médico del Seguro Social de Ecuador te cuestan 800 dólares. De lo contrario, valen 1.200 dólares en los centros de salud privados y algunos laboratorios autorizados por el Estado cobran 2.500 dólares, y entregan los resultados en tres días”, afirma.

Recuerda que hace unos días el Seguro Social de Ecuador hizo un llamado por la televisión al personal médico con menos de cinco años de jubilado para emplearlos de forma temporal en esta lucha con el coronavirus en Guayaquil.

Con los hospitales atestados de pacientes, Luis López afirma que un número creciente de personas ha muerto en sus domicilios, y las funerarias, por temor al contagio y ante la falta del certificado de defunción emitido por un médico, pues desconocen las razones de la muerte, cerraron sus puertas.

“Han quemado hasta cadáveres en las calles”, asegura, contrario a lo que señaló el secretario Nacional de Comunicación de la Presidencia de Ecuador, Gabriel Arroba, el jueves 2 de abril. «En las calles no ha habido incineraciones. Ninguna», dijo a la agencia EFE, pero reconoció que en los últimos días habían recogido de los domicilios más de 300 (cadáveres) y quedaban ciento y pico por recoger, pero que «se ha seguido trabajando y (la cifra) se debe haber reducido».

«El escenario es realmente dantesco: hay cadáveres en las casas, en las veredas, en las esquinas. La morgue está totalmente colapsada por la cantidad de víctimas mortales», describió a EFE la alcaldesa Cynthia Viteri, quien también está infectada.

Si la emergencia por coronavirus se extiende, Luis López teme por el futuro inmediato de la economía familiar de los venezolanos en Guayaquil, al igual que Eduardo Febres Cordero. “Pase lo que pase, al dueño del apartamento hay que pagarle el alquiler, y la gente tiene que comer y trabajar”, coinciden, al recordar que la ciudad permanece paralizada desde el pasado 15 de marzo.

“Es una situación angustiante”, declara López.

Más al norte, en una zona de clase media, donde la situación es menos dramática, un venezolano de 44 años indica que tiene amigos en el sur de Guayaquil que han visto morir a sus familiares en casa, y señalan que los cuerpos pasan más de tres días en los domicilios por el caos sanitario y funerario.

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“Me cuentan que los olores son inaguantables en las zonas populares del sur de la ciudad. Estas personas que mueren en sus casas no logran ser atendidas en los hospitales ni se les realizan pruebas para saber si están o no contagiadas, porque las colas son larguísimas. Son muertes que no son contabilizadas por coronavirus. Solo registran a las personas que atienden en los hospitales. Es decir, las cifras que se publican son falsas. Está muriendo mucha más gente de la que se habla oficialmente”, asevera el hombre, que llegó a Guayaquil en octubre de 2017 y solicitó a El Pitazo resguardar su nombre.

Considera que en el sur de la ciudad, más densamente poblado y pobre, las personas no han cumplido un estricto aislamiento para ayudar a contener el virus, en parte por la indiferencia de la población y la necesidad de salir a la calle a trabajar para ganarse el sustento diario y comprar alimentos.

“Cuando los números de contagios y muertos comenzaron a elevarse de forma muy rápida, el Gobierno ecuatoriano comenzó a tomar medidas más estrictas”, destaca.

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