Caracas.- Heidi Fernández forma parte de los millones de venezolanos que migraron para buscar un mejor futuro. Cruzó la selva del Darién cargando a su hijo discapacitado y ahora tiene la esperanza de que el pequeño pueda cumplir un tratamiento en Estados Unidos (EE. UU.) que le permita caminar.
En una entrevista que concedió al canal Univisión, contó su historia y la motivación que tuvo para decidir salir de su país natal y recorrer varios países, incluyendo el peligroso paso que conecta a Colombia y Panamá.
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Su hijo, de 13 años, nació con retraso psicomotor e hidrocefalia congénita y, en Venezuela, donde el 80 % de los centros de salud público se encuentran en un cierre técnico, le fue imposible que él recibiera la atención médica que necesitaba.
«Nunca me podían ayudar con él. No le podía hacer las terapias físicas», recordó durante la entrevista. Esta realidad la impulsó a buscar la oportunidad lejos de su tierra natal y, aunque reconoce que la travesía fue fuerte, contó con la ayuda de muchas personas durante su travesía.
«Es una experiencia muy difícil con él, porque tenía que salir corriendo. Tuve que cargarlo hasta que llegué a México, donde una señora me donó una silla de ruedas eléctrica», contó.
Tras cruzar el río Bravo, Heidi Fernández y su hijo se entregaron a la patrulla fronteriza. Duraron dos días bajo custodia y, actualmente, se encuentra en Texas, donde fueron recibido por varios familiares.
«Todo el sacrifio que hicimos para estar acá, solamente para verlo caminar», asegura mientras espera por la ayuda y asistencia necesaria para que su hijo cobre la movilidad plenamente.