Caracas.- Todavía le parece mentira. Le faltaban apenas cinco días para subirse al avión cuando fue sorprendida por la restitución de la medida: los venezolanos con doble nacionalidad y pasaporte vencido deben acudir a la cita para la captura de sus datos: huellas dactilares, fotografía y firma.
El trámite es indispensable si quieren obtener el permiso para salir del país emitido por el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), a falta del pasaporte venezolano vigente.
Es también la señal que necesita el organismo responsable de la emisión de documentos de viaje para saber que cumples lo que establece el artículo 7 de la Ley de Nacionalidad y Ciudadanía, que contempla, en el caso de los venezolanos que posean otra nacionalidad, la obligatoriedad del uso de la nacionalidad venezolana al momento de ingresar, permanecer y salir del territorio.
Pasaporte venezolano vencido y doble nacionalidad: así puedes salir de Venezuela
“Antes podías pedir el permiso de salida solo con el inicio del trámite, es decir, con el documento que evidencia el pago del trámite. Así pudieron salir varios conocidos que se devolvieron antes del 31 de diciembre (de 2021). Ahora no. Yo perdí mi vuelo. Estaba atrapada en Venezuela, al igual que otras personas, y sin saber cuándo podía salir. Nos dejaron en un limbo”, contó la venezolana que también posee la nacionalidad chilena, y que solicitó a El Pitazo resguardar su nombre.
Cita consular en Chile: la larga espera
La mujer de 45 años había viajado de Santiago de Chile a Caracas a finales de diciembre de 2021 para pasar las Navidades con su papá. Él recobraba las fuerzas perdidas por el COVID-19.
Entró al país con el pasaporte venezolano vencido y su vuelo de regreso estaba pautado para el 17 de enero de este 2022. Del trámite del Saime, ahora con la reseña de las huellas dactilares, fotografía y firma, se enteró unos días antes, cuando acudió, en vano, a solicitar el permiso de salida en la sede principal de la avenida Baralt. Así es que tiempo para conseguir una solución era lo que menos tenía.
Cauta, la venezolana chilena señaló que, antes del viaje, había acudido al Consulado de Venezuela en Santiago para cerciorarse de que no tendría problemas con el pasaporte vencido. Y es que llevaba esperando cinco meses por la cita consular para la captura de sus datos (huellas dactilares, fotografía y firma), a fin de obtener el pasaporte venezolano. “Conozco casos de quienes llevan hasta un año esperando la cita en Chile”, afirmó.
“No hay problema con el viaje”, recordó que le dijeron en el consulado. “¿Problema? ¡Esto era un problemón!, dijo la mujer, que ahora tenía los días contados en Caracas para cumplir los requisitos reestablecidos por el Saime entre gallos y medianoche para salir del país y que, a juzgar por el número de personas que se encontró en la sede de la avenida Baralt, entorpecieron los planes de regreso de no pocos compatriotas con doble nacionalidad.
Llegaron los gestores
Recuerda que aquel día cientos de personas se agolpaban en la puerta de la sede principal del Saime, ubicada en la avenida Baralt de Caracas, a la espera de que abrieran.
Indicó que después de 11 horas fue atendida. Le dijeron que tenía que dirigir una carta al director del Saime, Gustavo Vizcaíno, en la que debía explicar su situación. Era la forma de conseguir el cambio de la cita consular en Santiago de Chile a una cita en Caracas para tomarle las huellas dactilares, la fotografía y la firma. “Vi mucha gente desesperada y llorando”, aseveró.
A la carta debía anexarle fotocopia de los dos pasaportes (venezolano vencido y chileno vigente), fotocopia del boleto aéreo y fotocopia de la cita consular que esperaba en Chile. Afuera, apenas pisar la avenida Baralt, la venezolana recordó el enjambre de gestores que corrió hacia ella.
– Mira, mi amor, por 1.500 dólares te consigo una cita nueva – le dijo uno de los hombres –. Oye, mi vida, por 600 dólares te resuelvo ese permiso de salida ahora mismo – le soltó otro gestor, al notar su indiferencia.
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Nadie la persuadió. Miró su reloj y se fue a completar los documentos. Al día siguiente entregó los papeles. Explicó que el Saime le desvió la cita a una de sus oficinas en Caracas. “Me la asignaron una semana después. Aunque perdí mi vuelo, iba avanzando y sin pagarle nadie”, recalcó la venezolana con doble nacionalidad como quien se sorprende por una novedad.
Sostuvo que hubiera podido acortar los días de espera de no haber sufrido otro imprevisto: la sede principal del Saime trabajaba una semana sí y la otra no, argumentando que debe ayudar a evitar la propagación del COVID-19.
Por fin llegó el día. En la oficina del Saime fueron reseñados sus datos: huellas dactilares, fotografía y firma. “Parecía mentira”, comentó la venezolana chilena después de recibir el permiso de salida.
Aún más: unos días más tarde retiró la cédula de identidad (que tenía también vencida) y el pasaporte venezolano ¡por 10 años! en Caracas, ya que había completado todos los pasos. “Sucedió el jueves 10 de febrero ¡y sin pagar a ningún gestor!”, subrayó la mujer desde Santiago de Chile, ciudad donde reside, este miércoles 2 de marzo.
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