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sábado, 7 diciembre, 2024

Unos 150 pacientes venezolanos llegan a diario al Hospital “Erasmo Meoz” en Cúcuta

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Cúcuta.– El Hospital Universitario “Erasmo Meoz” de la ciudad de Cúcuta, Departamento Norte de Santander – Colombia, se ha convertido en un centro de alivio para los venezolanos que no consiguen como hacerse tratamientos en los hospitales de su país, pues sobre todo a los pacientes críticos les han dado la oportunidad de ser atendidos.

Hasta 150 venezolanos llegan a diario como nuevos ingresos al centro asistencial. A pesar de que las autoridades del hospital tienen capacidad de respuesta tanto del personal de salud, como de camillas e insumos, en algunos momentos enfrentan limitaciones pues las medidas tomadas por el Ministerio de Salud de Colombia han sido primordialmente para la atención de los ciudadanos de su país, como ocurre en todas las naciones.

150 nuevos pacientes venezolanos llegan buscando atención a diario en el Hospital Universitario «Erasmo Meoz» de Cúcuta | Foto: Rayner Peña

En los casos que se refieren a curas de alguna herida sin dificultades, vacunación o asistencia médica primaria, los ciudadanos de distintos estados de Venezuela son enviados a los ambulatorios habilitados para tal fin, o a los container de la Cruz Roja Internacional, ubicada en Villa del Rosario, conocido como La Parada de Cúcuta.

La líder de Servicio Ambulatorio del hospital “Erasmo Meoz”, Yeni Peña, indicó que la mayoría de los venezolanos llegan con enfermedades avanzadas como: cáncer, insuficiencia renal, tuberculosis resistente, y en situación de desnutrición avanzada, lo que complica el estado de salud, porque al no tener condiciones nutricionales difícilmente la persona tiene la posibilidad de recuperarse de su enfermedad.

“Es una situación preocupante para nosotros, porque además de esos problemas de salud muy graves, cada día están llegando personas diferentes, no son las mismas las que están utilizando los servicios de salud, porque usted puede decir, bueno son las mismas que van y vienen, pero todos los que llegan son nuevos. Esto está ahondando la crisis, porque la capacidad de respuesta aunque nosotros somos un hospital experto en manejar situaciones de emergencia, enfermedades graves, realmente nos estamos quedando cortos para poder atender a todas las personas. Quisiéramos hacerlo pero es imposible”, expresó.

Líder de Servicio Ambulatorio del hospital “Erasmo Meoz”, Yeni Peña | Foto: Rayner Peña

Cuentan con una capacidad en la emergencia de 75 camillas, pero al momento de la entrevista tenían 150 pacientes hospitalizados, además de los que esperaban afuera para ser atendidos en consulta. La mayoría son venezolanos, el 30% de los pacientes del hospital son provenientes de este país.

El 60% de las mujeres que atienden en sala de parto también son venezolanas, la mayoría llegan con condiciones nutricionales regulares, otras en estado de desnutrición. Yeni Peña refirió que además les preocupa que según un informe del Ministerio de Salud hay un aumento de enfermedades infecciosas, de casos de sífilis en los 24 departamentos donde hay venezolanos, lo que aumenta el riesgo de las condiciones de salud pública en Colombia.

“Las dificultades que presentamos a la hora de atender es que quisiéramos tener todos los recursos para atenderlos, pero es prácticamente imposible, la demanda es cada vez más alta y como les decía la mayoría de los pacientes llegan en un estado complicado de salud”, destacó.


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Las 75 camillas con las que cuenta la emergencia del Hospital Erasmo Meoz se han vuelto insuficientes ante la llegada de venezolanos | Foto: Rayner Peña

“Me arrepiento de haber apoyado a la revolución”

Manuel Gregorio Méndez (39) es de San Josecito, municipio Torbes del estado Táchira, el cuarto municipio más pobre de Venezuela. Apoyó a la revolución del fallecido Hugo Chávez Frías desde el año 2002, durante la gestión del exgobernador de la entidad andina, Ronald Blanco La Cruz y del exdiputado del Consejo Legislativo Estadal (CLE), Manuel Peñaloza. Ahora, se arrepiente de haber puesto su vida en riesgo por un proyecto que llama “la revolución del hambre”.

Manuel sufrió hace dos años un accidente en motocicleta que le afectó su pierna izquierda. Como no conseguía tratamientos mientras estaba en el Hospital Central de San Cristóbal, adquirió una infección que lo llevó a que le cayeran gusanos, lo que complicó su estado de salud, ahora también tiene bronquitis aguda.

Manuel Gregorio Méndez sufrió hace dos años un accidente en motocicleta que le afectó su pierna izquierda. Aunque trabajaba para la revolución no consiguió apoyo | Foto: Rayner Peña

“He estado aguantando hambre, sin medicamentos, yo pesaba 98 kilos en diciembre y mire como quedé en puro hueso. Quisiera que conociera a mis hijos, tengo a una niña de 14 años, otra de 10 años, una de cuatro y un niño de dos años y tres meses, lo que tengo de estar atropellado. A mí me atropelló una moto el 23 de diciembre de 2016, desde ese día me metí al Hospital Central y me dejaron contaminar mi pierna por no tener los insumos necesarios para mi tratamiento que era: ciprofloxacina y vancomicina, y no la tenía el hospital. Ellos me dijeron que no podían ayudarme más porque no tenían medicamentos, no tenían ni gasas, en el hospital tres veces mes cayeron gusanos por no tener gasas para limpiar mi pierna, yo tenía que romper mis camisas para poder limpiar mi pierna”, relató.

Acostado sobre la camilla, usando un short, sin camisa, y un poco ronco por la neumonía, agradeció al gobierno de Colombia y a los demás países que están ayudando, porque por ello será operado en el Hospital Universitario “Erasmo Meoz” y ha recibido el tratamiento que requiere para no morir a causa de la herida contaminada.

No entiende cómo Nicolás Maduro tranca el paso de la ayuda humanitaria, cuando sabe que hay personas necesitadas de un medicamento y cuando muchas familias venezolanas tienen hambre. Reconoce que sus hijos se levantan a pedir alimentos y muchas veces no ha tenido que darles. Esto le da ganas de llorar por lo que aprieta la mandíbula, y se escucha un ruido, rechinan los dientes.


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La pierna de Manuel se infectó en el Hospital Central de San Cristóbal y le cayeron gusanos | Foto: Rayner Peña

“A él no le importa nada porque él está montado, tiene su comida segura, tiene su plata, pero ¿nosotros los pobres?, Él dice que piensa en los pobres, que quiere a los niños, ¡claro!, los quiere matar. Él dijo una vez, acuérdese señor Maduro que dijo: “yo voy a acabar con los pobres”, claro matándolos de hambre, usted si está cumpliendo con la palabra, porque tiene palabra de falso, de doble cara, de diablo”.

Compara a Venezuela con Cuba y coloca como ejemplo a sus hijos que si almuerzan no cenan. Desde allá estaba preocupado porque no sabía qué comían los niños, y aunque en el centro de salud necesitaban a su esposa (29) para cualquier trámite, no ha podido ir a ayudarlo.

“No tiene ni un centavo para el pasaje, a mis hijas tengo tres meses que no las veo, porque yo estaba en Bucaramanga rebuscándome y resulta que lo que hice fue enfermarme más, por no tener la comida necesaria y lo que necesito. Maduro el señor Juan Guaidó nos está ayudando, deje que él nos ayude, a usted le quedó la Venezuela grande, ya robó lo que tenía que robarse, lo acabó”.

Llegó al hospital el pasado 13 de febrero porque tenía mucha fiebre, vómito, diarrea, deshidratación y le estaban saliendo gusanos de la pierna. Le tocó dormir varios días en la calle, porque ya no podía trabajar y no tenía como pagar una habitación para pasar las noches. Aunque ha recibido caridad de ciudadanos colombianos, indicó que hay muchos que están cansados de ayudar, porque algunos venezolanos se han aprovechado de la situación para robar y estafar.

“Trabajé con el gobierno cuando Ronald Blanco La Cruz, con el diputado Manuel Peñaloza, trabajé con él en el estado Táchira. Trabajé con Gustavo Canelones que fue alcalde en el municipio Torbes, con la gobernación, con el IVT limpiando la Troncal 5, porque soy un hombre de trabajo. Yo luché mucho por la revolución y me da dolor, me da dolor haber dado mi vida en ese tiempo por la revolución, para que llegáramos a esto”, destacó.


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Por una fractura

Daniela Querán de 20 años, es de Barquisimeto, pero trabaja en Cúcuta vendiendo chucherías, agua y refresco. Había viajado a Venezuela el 13 de febrero para llevar comida a su familia, y bañándose se cayó y se fracturó el brazo izquierdo, como en su lugar de origen no tenían como operarla, se trasladó con su hermano de 17 años de edad al Hospital Universitario “Erasmo Meoz”.

Daniela Querán de 20 años, es de Barquisimeto. Una fractura en su brazo izquierdo la llevó a buscar ayuda en el Hospital Erasmo Meoz | Foto: Rayner Peña

Tenía el brazo inmovilizado y envuelto en vendas, mientras que en la otra mano le estaban pasando tratamiento vía endovenosa. Su hermano la ayudaba a acomodarse en la camilla para poder hablar con los periodistas.

“En Barquisimeto tenía que esperar no sé cuánto tiempo, y como era cirugía tenía que poner todo el material, entonces me vine para acá y me atendieron de una vez, no tienen ningún costo la cirugía y estoy esperando. Les agradezco por la manera en que nos han tratado, el cariño, el apoyo a los venezolanos”, expresó.

Como ellos estaban otros pacientes venezolanos. En todos los pasillos de la emergencia se dispusieron camillas para poder ubicarlos de acuerdo a sus necesidades. Temen que con el paso de los días y el aumento de la crisis humanitaria en Venezuela, sigan llegando más pacientes a quienes por falta de presupuesto y espacio tal vez no puedan atender.

Hay quienes deben esperar a las afueras de la emergencia para ser atendidos, porque las camillas están ocupadas | Foto: Rayner Peña

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