Por: Andrea V. González G.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), uno de cada tres niños venezolanos trabaja en Perú. Más de la mitad llega con trayectorias escolares interrumpidas y se somete a estados de hacinamiento en sus hogares. Esta realidad afecta al 57% de las familias venezolanas, mientras que solo perjudica al 6.3% de la población peruana. Tal es el caso de Sofía, quien salió de Venezuela en compañía de su madre y sus dos hermanos.
Desde los nueve años, Sofía se encarga de cuidar a sus hermanos menores mientras su madre trabaja. “Sueño con que algún día pueda ser una profesional, ayudar a mi mamá y ayudar a mi hermano”, afirmó la joven en una publicación de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur). En un país donde el 99.2% de los niños peruanos en edades comprendidas entre 6 y 11 años tienen acceso a la educación, el 46% de los infantes venezolanos del mismo grupo no cuentan con ella.
“Venirse de Venezuela no fue fácil, mi hermano menor lo pudo soportar… caminar tanto”, afirmó Sofía en la misma publicación. Salir de Venezuela hacia el Estado peruano implica atravesar Colombia y Ecuador. Según Unicef, los niños son expuestos a peligros y privaciones durante todo el camino. Normalmente, no cuentan con los documentos necesarios para regularizar su estatus migratorio y por ende no pueden acceder a derechos básicos como la educación.
Más de un millón de venezolanos han migrado y cerca de 500.000 han solicitado el estatus de refugiado. Según Acnur, el país representa el segundo que alberga a más migrantes venezolanos en el mundo. La nación recibe niños en condiciones vulnerables, en compañía de sus familiares o solos, que transitan con el objetivo de encontrar un mejor futuro.
Perú ha tomado medidas para recibir a los menores que llegan al país. Entre ellos, se encuentra el Permiso Temporal de Permanencia (PTP) concedido a 435,871 personas permitiéndoles regularizar su estatus migratorio. A su vez, el Centro Binacional de Atención Fronteriza en Tumbes (Cebaf Tumbes), brinda espacios de control migratorio, orientación, servicios de salud y protección especial para los niños y adolescentes.
Pese a las medidas del Estado peruano, los venezolanos menores de 18 años enfrentan barreras para acceder a la educación. Unicef expone tres factores fundamentales: la exigencia de documentación administrativa para acceder a determinados servicios, barreras económicas, prácticas o actitudes xenófobas en las comunidades receptoras. Esto ocasiona que los niños venezolanos no logren desarrollarse de forma óptima en el país extranjero.
“Me gusta que mi mamá se sienta orgullosa de mí. (…) Me siento bien porque la ayudo y ella no se esfuerza tanto”, relató la joven de 11 años. De cara a la contingencia económica, la falta de alimentos y la escasez de servicios básicos, aproximadamente 5 millones de venezolanos han salido del país en busca de oportunidades y mejores condiciones de vida.
Unicef afirma que cada infante tiene derecho a protección, cuidado y oportunidades de desarrollo; no obstante, remarca debilidades preexistentes en los servicios de protección peruanos para niños, niñas y adolescentes. Resalta que las barreras administrativas, económicas y discriminatorias son un factor determinante al momento de acceder a la educación.