Por Rubén Vásquez
Caracas. Además de su carisma, ganas de superación y su perseverancia, el venezolano ha logrado marcar la diferencia en el extranjero gracias al sabor y la sazón de su gastronomía. Una muestra de ello es el trabajo que Anthony Jiménez, nacido en Los Teques, estado Miranda, está haciendo en Lima, Perú, a través de su restaurante Ajiceros Chilling Food (@ajiceroschillingfood).
En una entrevista para El Pitazo, Jiménez contó que Ajiceros Chilling Food nació en medio de la pandemia del COVID-19 como un emprendimiento para hacer frente a la compleja situación económica del momento.
“En San Juan de Miraflores nació Ajiceros Chilling Food. Solo teníamos dos mesas y una pequeña barra. Teniendo muy bajas ventas, sumándole también la situación de la pandemia que impedía abrir los fines de semana, decidí cambiar la carta y agregar nuevos platos, buscando también innovar, ya que muchos locales venezolanos ofrecían los mismos platos”, comentó.
Ahora, el restaurante cuenta con un amplio menú, en el que los comensales encuentran hamburguesas, patacones, cachapas, empanadas, parrillas, sopas, mariscos y pescado. “Decidimos darle el estilo tropical caribeño para hacer la diferencia, y también una manera de ingresar mejor al mercado y comensales peruanos, en vista de que es alto consumidor de pescados y mariscos”, destacó Jiménez.
Dándole paso a la creatividad, presentaron un plato original de la casa bajo el nombre Cachapa Chilling Rolls, que consiste en una cachapa con varios quesos, acompañada de un conjunto de carnes jugosas, el cual se convirtió en uno de los más pedidos por los consumidores.
Una pasión por la cocina que viene de familia
Anthony Jiménez cuenta que creció en el mundo de la cocina gracias a que su madre y sus abuelos tenían un restaurante en el Club Cumbre Azul, ubicado la carretera Panamericana, en el estado Miranda. Sin embargo, no se dedicó al mundo culinario sino después de los 20 años de edad.
“Gracias a mi madre, sus consejos y motivación, ingrese de nuevo al mundo de la comida. Me inscribió en una escuela de cocina donde ella, siendo chef profesional, dictaba clases en diferentes áreas. Terminado el curso de cocina, pero con muy poca demanda de cocineros en el país por el cierre de muchos locales de comida, vi muy difícil la posibilidad de poder conseguir trabajo”, comentó.
Con una bebé recién nacida, además de un país inmerso en una crisis política, social y económica, Anthony decidió emigrar a Perú el 23 de enero de 2018. Tras un inicio complejo en el país andino, el venezolano dijo que trabajó duro con el apoyo de su familia. Esto le permitió abrir Ajiceros Chilling Food enSan Juan de Miraflores, y en menos de un año abrir una segunda sede en Chorrillos. Ahora, él y su equipo ya adelanta estudios de mercado para abrir una tercera sede en el cono norte de Lima.
Afirmó que la receptividad de los venezolanos es positiva, y expresa su asombro por la aceptación de los peruanos. “Nos sorprendimos al notar que a los residentes del país les llamó mucho la atención nuestras parrillas, chicharrones y demás platos; aquí aman la comida con mucho sabor y gusto en la sazón y es precisamente lo que Ajiceros hace”.
Un camino lleno de enseñanzas
Jiménez comentó que lo más importante de su negocio es el quipo de trabajo. “El laborar más de 12 horas en nuestros locales ha creado una fraternidad entre todos los trabajadores; es por esto que para Ajiceros lo más importante es el equipo de trabajo, conformado por personas que no tenían experiencia en la cocina, pero con unas ganas y un amor enorme por aprender”.
Además de expandirse en Perú, sostuvo que una de sus metas es darle vida nuevamente a la gastronomía venezolana. “Lamentablemente por la situación país se perdieron muchas costumbres, muchos platos se olvidaron y es precisamente nuestro objetivo es que renazca la buena comida venezolana actualizada a las nuevas tendencias”.
A quienes tienen algún proyecto y ganas de emprender, Anthony Jiménez les da una recomendación: “No importa con cuánto comiences,lo importante es comenzar y no rendirse porque un día no vendas nada; todo lo contrario, el día de mañana levántate con una nueva idea y ponla en práctica. El miedo y el riesgo son necesarios”.