Por Rubén Vásquez
Carlos Amundaray es un venezolano nacido en El Tigre, estado Anzoátegui, que decidió emigrar a Perú en 2017 en busca de mejores oportunidades, que ya su país no le brindaba. Tras varios años de trabajo duro, dedicación y entrega, logró sacar adelante D’Pana Restaurant (@dpana_restaurante), un negocio que abrió en Lima y que se transformó en un proyecto de superación personal.
En el local, el producto principal es la parrilla al mejor estilo venezolano, con la que ha cautivado el paladar de los comensales. El joven venezolano contó a El Pitazo que sus primeros trabajos fueron en la economía informal. “Vendí ponquecitos, tizana, limonadas, gelatinas y cotufas en los autobuses”, indicó, afirmando que fue víctima de la xenofobia. “A pesar de que me rechazaron varias veces por ser venezolano, nunca me detuve”, dijo.
Explicó que, con el pasar de los meses, decidió vender pinchos, que en Perú se conocen como brochetas. “Fue cuando comencé con la idea de la parrilla. En Venezuela, yo tenía una amiga que montó un restaurante y ella empezó así, con una parrillita, más o menos sabía cómo era la receta, porque ellos hacen todo a la BBQ. Me dije, ‘voy a hacer esto y voy a implementar esto acá’. Y ahí fue cuando empecé”, recordó.
Cuenta que, tras ahorrar un dinero, pudo comprar un carrito de mercado, el cual acondicionó para vender la comida que cada día preparaba junto con su hermano y socio principal, Bladimir, y otros amigos que se iban sumando al proyecto.
Pero en marzo de 2020, cuando el negocio comenzaba a crecer, las autoridades peruanas declararon algunas medidas de confinamiento ante la llegada del COVID-19.
Durante los meses de restricciones, Carlos decidió buscar otras fuentes de ingreso y lo hizo nuevamente con la venta informal o el traslado de paquetes de personas con su carrito de mercado a cambio de algún dinero.
El impulso necesario para seguir soñando
Después de que Perú relajó las medidas restrictivas por el coronavirus, el anzoatiguense retomó la venta de comida venezolana. Carlos quería que su local tuviera un nombre que fuera fácil de recordar y que resaltara el estilo venezolano. De allí nació la idea de D´Pana Restaurant.
Además, destacó el impulso que recibió de Óscar Pérez, presidente de la organización Unión Venezolana en Perú. Recordó que Pérez acudió una tarde a probar la comida que vendía en la calle y quedó cautivado con la parrilla. Decidió postearlo en sus redes sociales y despertó entre sus seguidores interés por lo que allí se vendía.
El representante de la ONG le ofreció la posibilidad de formar parte de la Escuela de Soñadores, un programa de ayuda social en Perú, que les brindó la orientación y guía para pasar de vender en un carrito de mercado a un local comercial.
Pronto, el puesto de comida rápida comenzó a quedar pequeño, gracias también al impulso de influencers como El CholoMena, AComer.pe, Peruzolanos y Venezolanos en Perú, entre otros, quienes promocionaron el puesto de comida.
Progresivamente, comenzaron a recibir numerosos comensales. Sin embargo, la municipalidad en Perú decidió quitarles el permiso de venta en la plaza, dado que era un punto de aglomeración e iba en contra de las medidas de prevención contra el COVID-19.
Esto les dió la oportunidad a Carlos y a su equipo de alquilar un local más amplio donde recibir a más personas y cumplir con las normativas sanitarias. Así fue como durante este 2021 lograron abrir el restaurante, donde, en ocasiones, las personas hacen fila para degustar los platos de estos venezolanos.
Preparando el plato navideño venezolano
En su menú reina la parrilla, pero han agregado cachapas, hamburguesas y continúan con las brochetas. Para la temporada decembrina explica que le han llegado peticiones para preparar el plato navideño venezolano.
“Muchas personas nos han preguntado si vamos a presentar algo tradicional de Venezuela y nos han pedido nuestro plato navideño, además el pernil es algo que preparamos muy bien. En eso va enfocado el plan para Navidad. Ahorita estamos planificando presentar la hallaca, con la ensalada y el pernil”, dijo.
Considera que ha ganado madurez en el extranjero. “Pienso que el que quiera triunfar, sea donde sea, debe trabajar con fe y con ganas. Creo que ese es mi mayor aprendizaje. En lo personal, aprendí a trabajar y a trabajar por las personas que quiero. Porque cuando uno sale de Venezuela, reconoce que no viene nada más por uno, uno viene aquí pensando en lo que dejas allá, tu mamá, tu familia, y pensando en qué es lo que necesitan”, destacó Carlos.
Tiene planes de seguir expandiendo el negocio y conseguir un espacio más amplio en el que pueda recibir a más personas y llevar el sabor de la comida venezolana a otros lugares en Perú.
“Cuando tú crees en algo y tienes fe en algo, lucha por eso. Porque puede haber momentos en los que vas a decir ‘no puedo’, pero si tú tienes fe en tu proyecto, en ti y en las personas que te están acompañando en ese proyecto, en cualquier momento, el momento en el que menos lo esperes, la vas a pegar y vas a conseguir todo eso por lo que has estado trabajado”, subrayó.