Caracas.- La muerte del bebé venezolano de un año por la acción de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago, que disparó contra una embarcación de migrantes venezolanos en la que viajaba el pequeño junto con su madre y otras 20 personas rumbo a la isla, ha generado reacciones entre la clase política de la nación caribeña.

El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, dijo el miércoles que la muerte del bebé venezolano fue un accidente, al tiempo que defendió el trabajo de los guardacostas ante la controversia que ha generado su actuación.

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Por su parte, el martes 8 de febrero, la líder de la oposición en la isla, exprimera ministra y miembro del Congreso, Kamla Persad-Bissessar, calificó lo sucedido de asesinato y cuestionó la acción de la Guardia Costera.

«Qué dolor desgarrador ver a nuestra Guardia Costera disparando contra un barco migrante, asesinando a un bebé», expresó la política opositora en un acto por la victoria de un concejal, citada por el medio local Newsday.

Persad-Bissessar no solo cuestionó la actuación de los guardacostas, sino que instó a Rowley a que renunciara. La exprimera ministra advirtió que el país se ha convertido en una fuente de noticias negativas vinculadas con el trato a migrantes.

La Guardia Costera justificó que abrió fuego contra la embarcación en la que viajaban los migrantes venezolanos en un intento para detenerlos y en «defensa propia», alegando que habían intentado «embestirlos».

«Cómo puedes abrir fuego y ves mujeres y niños. ¿Tenían armas? ¿Alguien levantó un arma contra ti? ¿Por qué dispararías?», se preguntó Persad-Bissessar, citada por Newsday.

Tras sus declaraciones, Rowley acusó a la líder de la oposición de «oportunista y desvergonzada» y de estar «desprovista de cualquier chispa de patriotismo».

Trágico historial

Varias agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenaron la muerte del bebé venezolano y destacaron que lo sucedido manifiesta la necesidad de aumentar la protección para los migrantes venezolanos.

La nación caribeña se ha convertido en un peligroso destino para quienes, desde Venezuela, tratan de escapar de la crisis económica en búsqueda de oportunidades y un mejor futuro.

En diciembre de 2021, cuatro venezolanos, dos menores de edad, integrantes de la Orquesta Sinfónica de Nueva Esparta, fueron detenidos en Trinidad y Tobago cuando trataban de ingresar de forma irregular, por lo que posteriormente fueron deportados.

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Además, otros tres niños, migrantes venezolanos, se encuentran detenidos desde enero de 2021 en la Estación Policial de Chaguaramas, donde no han tenido contacto directo con sus familiares.

El martes, decenas de personas se concentraron frente a la Embajada de Trinidad y Tobago en Caracas para exigir justicia por la muerte del niño que migraba junto a su madre al país isleño, calificando lo sucedido como «asesinato».

La Policía y la Guardia Costera de Trinidad y Tobago han puesto en marcha dos investigaciones paralelas para aclarar las circunstancias de lo sucedido.