Caracas.- El ministro de Seguridad de Panamá, Juan Manuel Pino, aseveró que reforzarán la frontera con Colombia en la selva del Darién debido al incremento del flujo migratorio irregular por ese territorio.
El funcionario informó que la noche del miércoles 21 de septiembre ingresó a la provincia una caravana de 2.400 viajeros, lo que da indicios de lo que está ocurriendo en esa región. Pino agregó que no solo se trata de garantizar la seguridad de la zona, sino también de brindar el cuidado a la población de migrantes que llega a diario a las estaciones receptoras o a los albergues, pues toca establecer protocolos humanitarios de atención, ya sea en salud y alimentación.
Con destino final Estados Unidos, como han alertado las autoridades, la crisis migratoria que tiene como escenario el tapón del Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia, está fuera de control.
La reacción de Pino se da luego de que se reportara la muerte de un niño de seis años en la jungla, en medio de un robo. En este incidente resultaron heridas con arma de fuego otras dos personas de nacionalidad venezolana, según los informes del Servicio de Nacional de Fronteras (Senafront).
Organismos como el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) y entidades públicas como la Defensoría del Pueblo han solicitado a Panamá, Colombia y Costa Rica prepararse para el numeroso flujo migratorio que se viene observando.
Según cifras del gobierno panameño un total de 134.178 migrantes en tránsito hacia Norteamérica han llegado a Panamá este año tras cruzar el Darién, por encima de la cifra histórica de 133.726 del 2021.
En este sentido, las autoridades añadieron que hasta «la fecha se reportan 343 niños y 231 niñas migrantes registrados en las comunidades de Bajo Chiquito o en Canaan Membrillo y estaciones de recepción, donde se les brinda atención de salud, alimentación, alojamiento en atención a los acuerdos sobre derechos humanos».
Para Unicef es preocupante que las grandes caravanas traen grupos vulnerables, como mujeres embarazadas y menores de edad, quienes deben afrontar los retos de la selva, además del acoso de bandas criminales y algunos no sobreviven a la travesía.
Con información de EFE y Prensa Latina