Caracas.- El regreso a clases luego de un período escolar inédito en el mundo por causa de las restricciones que impuso la pandemia del COVID-19, a partir de marzo de 2020, es un hecho en Europa, Estados Unidos y también en países de Suramérica.
En Venezuela, en medio de un proceso de vacunación que avanza con lentitud y con las advertencias por parte de los gremios docente y sanitario sobre la falta de condiciones idóneas, el retorno a las aulas está previsto para el mes de octubre, según lo anunciado por el gobernante Nicolás Maduro, quien aseguró que con el regreso a las clases de forma presencial estarán garantizadas todas las medidas de protección y bioseguridad.
En contraste, en El Pitazo consultamos a padres y representantes que conforman parte de la diáspora, a propósito del retorno a las aulas de forma presencial en los países en los que se encuentran.
México
En la nación azteca el retorno a las aulas de forma presencial y voluntaria comenzó el 31 de agosto. La secretaria mexicana de Educación, Delfina Gómez, informó que, en medio de lo que ha sido considerado la tercera ola de contagios, más de 3 millones de trabajadores del área docente habían sido vacunados contra el COVID-19 y que las autoridades lograron concretar talleres intensivos sobre las estrategias y compromisos para un regreso a clases seguro, reseñó Forbes México.
Desiree Colina es una madre venezolana radicada en la capital de México desde hace 15 años y contó a El Pitazo, vía telefónica, cómo ha vivido junto con sus dos hijos, de 12 y 14 años, el retorno a las aulas. «Aquí ha sido voluntario el tema del regreso presencial. Mis hijos estudian en un colegio privado y en general están asistiendo solo 12% de los alumnos, entre ellos mis niños, de tercero y primero de secundaria».
Colina precisó que pese a que en México aún no está prevista la vacunación en niños o adolescentes, sus dos hijos están vacunados pues se aplicaron el fármaco contra el COVID-19 en Estados Unidos. En la capital mexicana, el uso del tapabocas es obligatorio para asistir al colegio. «Deben llevar su tapabocas y un segundo de repuesto por seguridad. El protocolo empieza desde la casa: antes de salir deben tomarse la temperatura para revisar que todo esté bien y también se firma una carta en la que se señala que estamos comprometidos con todo el proceso y que el niño está bien».
Sobre el protocolo relacionado con los docentes, Colina resaltó que en las tres semanas desde el inicio de las clases presenciales, se reportaron dos casos positivos de coronavirus por parte de maestros. «El colegio está implementando cada cierto tiempo pruebas rápidas para los profesores y si hay un caso, se prevé que el grupo deba hacerse las pruebas para garantizar que todos estén bien. En general ha funcionado, las medidas de salud y los protocolos en el colegio son muy buenos. Yo estoy tranquila y los niños, sumamente felices».
Argentina
Las escuelas de la ciudad de Buenos Aires reabrieron desde el 17 de febrero, sin embargo, no fue sino hasta el 1 de septiembre que el Consejo Federal de Educación de Argentina aprobó la propuesta para el retorno a clases con presencialidad plena en las escuelas, con el cumplimiento de los protocolos que incluyen un distanciamiento de 0,90 metros en las aulas, según lo reseñado por medios locales.
Ramón Chávez es otro padre venezolano que se encuentra en Argentina, radicado desde hace 10 años. Tiene dos hijas y asegura que el retorno a las aulas ha sido positivo no solo para los chicos sino también para los representantes, pues sobrellevar la cuarentena no fue una tarea sencilla. «La no presencialidad los afectó mucho emocionalmente y por lo menos empezar a ver a sus compañeros otra vez ha sido muy positivo. La felicidad de los chicos era total», contó a El Pitazo vía telefónica.
Chávez destacó que en el caso del colegio al que asiste una de sus hijas, en etapa secundaria, en la provincia de Buenos Aires, al igual que en la mayoría de los centros educativos, mantiene estrictos protocolos. «Los colegios, más que hacer hisopados, crearon burbujas para que los chicos no interactúen con otros alumnos de los demás salones, esto para tratar de que estén aislados al menos en el colegio».
También en Argentina el uso del tapaboca es obligatorio y los salones deben estar ventilados, algo que tuvo un particular impacto durante el invierno. «No se les permite comer en el comedor, por lo que tienen que llevar comida que no se tenga que calentar en microondas, por ejemplo, porque deben comer en los jardines del colegio».
El monitoreo por parte de padres y representantes es otra de las contantes, de acuerdo con lo detallado por Chávez. «En estos días se activó la cuarentena porque dos chicos salieron positivos, entonces aislaron en sus casas a todo el salón en el que está mi hija, para volver a las clases en modalidad Zoom hasta que los resultados de las pruebas de todos sean negativos y así regresar a clases presenciales. Ese ha sido el protocolo hasta ahora», agregó Chávez.
Colombia
En la nación neogranadina, las clases presenciales comenzaron desde el pasado 6 de julio y para mediados de ese mes 7.721 centros educativos abrieron sus puertas. Sin embargo, de acuerdo con lo reportado por las autoridades, la proporción de estudiantes que durante las primeras semanas retornaron a las aulas fue de 17%, 1.663.009 estudiantes de los 9.819.000 matriculados, según reseñó el diario colombiano El Tiempo.
Neidalis Vargas es una madre venezolana radicada en Bogotá desde 2017 y tiene dos hijos. Pese a lo anunciado por el Gobierno de Colombia en cuanto al regreso a clases, Vargas dijo que la gran mayoría de los niños aún se mantienen bajo un régimen de clases virtuales. «Aún hay miedo por parte de los padres de que se contagien de COVID-19, a pesar de que las cifras de contagios han bajado. No sabemos cómo lleven las normas de bioseguridad las demás familias», dijo Vargas El Pitazo vía telefónica.
En el caso de los centros educativos para niños con alguna condición, como es la situación de uno de los hijos de Vargas, prevalece el cumplimiento de los protocolos, de acuerdo con lo informado por la representante venezolana. «Hemos notado que están cumpliendo los protocolos en el colegio de uno de mis hijos, que tiene autismo. El número de niños en su salón es mínimo: si anteriormente había 40, ahora debe haber máximo 20 niños».
Chile
En el país austral, los padres también tienen la potestad de enviar a sus hijos a las escuelas, por lo que el retorno a las aulas a partir de agosto fue implementado con un plan híbrido entre la presencialidad y la virtualidad, de acuerdo con lo relatado por Adriana Pérez Gilson, madre venezolana radicada en la capital chilena desde 2019. «Tengo un niño en sexto y una niña en tercero. Acá dividieron la región por fases que eran desde cuarentena total hasta apertura: retorno a actividades tomando medidas de sanitización y aforo».
En Santiago de Chile, de acuerdo con lo detallado por Pérez Gilson, los protocolos en las escuelas por el regreso a las aulas incluyen medidas de control de temperatura al ingresar, limpieza de espacios entre cada clase y la división del aula en dos grupos por lo relacionado con el aforo.
«Una semana van a clases presenciales los lunes, miércoles y viernes, y la siguiente semana van solo martes y jueves. El resto de los días tienen clases virtuales. Esa es la dinámica acá: unos días virtuales y otros presenciales».
Pérez Gilson resalta que al momento de conocerse sobre el retorno a las aulas, tomaron la decisión en familia. «Mis hijos están felices por el retorno a clases presenciales. El hecho de salir y socializar los tiene muy animados. Nosotros tomamos la decisión en familia: nos sentamos y expusimos todo el panorama ante nuestros hijos y ellos tomaron la decisión de retornar de forma presencial».
Venezuela: crisis y rezago
El panorama en la región así como en el mundo por un regreso progresivo a las actividades educativas y laborales avanza a medida que los contagios se mantienen relativamente controlados y la vacunación abarca las distintas poblaciones de los países.
En Venezuela, mientras tanto, padres y representantes consideran que la vuelta a las aulas es apresurada debido a que, como han advertido los sindicatos del sector educativo, no existe un plan que contemple las deficiencias en las escuelas y liceos del país, así como tampoco la crisis de los servicios públicos, la dificultades para la movilización y la ausencia de una vacunación masiva del gremio docente.
Pese a lo anunciado por Maduro, organizaciones relacionadas con el gremio educativo venezolano han recalcado que serán los padres quienes tendrán la última palabra sobre la vuelta de sus hijos a las aulas en medio de una profunda crisis potenciada por el COVID-19.