Barranquilla.- “Amo a Venezuela”, un corazón y el tricolor de la bandera nacional son parte de las representaciones en dibujos pintados por un grupo de niños y niñas inmigrantes para plasmar parte de la identidad y añoranza que tienen por estar lejos de su territorio.
Con ayuda de los voluntarios de la Asociación Venezolanos en Barranquilla y funcionarios de la Policía Nacional de Colombia, los infantes se distrajeron pintando el recuerdo más bonito que tienen del país, que dejaron por la decisión de sus padres de escapar de la crisis social, económica y política venezolana.
“Me gusta pintar los colores de Venezuela y también de la naturaleza. Aún recuerdo cuando en la escuela hacíamos las tareas de dibujo. No quisiera estar lejos de mis amiguitos”, dijo con nostalgia Keirys Rivero, quien junto a sus hermanas Mauris y Yilsaris, eran parte de los migrantes atendidos en la jornada de servicios realizada en el sector Las Flores en Barranquilla.
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“Es la añoranza a una identificación con los símbolos, con lo que significa su país. Están en un proceso de adaptación, pero aún persiste la añoranza por sus raíces, juegos y lo que para ellos era Venezuela”, así lo destacó la psicóloga Yajaira Nucette.
“Los niños necesitan de algún modo mantener una conexión con personas, objetos, cultura, contexto y el territorio, porque esa conexión es lo que le da seguridad y confianza. Cuando una familia emigra con sus hijos, uno de los sentimientos que caracteriza es la incertidumbre. Hay como un vacío territorial, emocional y afectivo, y los dibujos hablan mucho de esa necesidad de arraigo que tiene el niño respecto a su familia”, explicó la experta Nucette.
La psicóloga añadió que la mayoría de los niños, mientras coloreaban, lo hacían especialmente conectados con lo que vivieron e incluso con lo que jugaron.
Jornada lúdica
Los pequeños pudieron disfrutar de la pintura y juegos tradicionales en la sección lúdica, mientras sus padres hacían la fila en la jornada donde participaron organizaciones públicas y nacionales, junto a la Cooperación Internacional, en el barrio Las Flores. Esta actividad dejó 62 casos en Defensoría, 56 en Migración, 34 vacunas, 20 en consultorio jurídico, 15 participantes en taller psicosocial, 51 inscripciones en talleres de certificación de habilidades en el Sena y 28 atenciones en odontología.
La psicopedagoga Lía Rincón, representante de la empresa Albatros, especializada en brindar servicios de desarrollo humano a niños, jóvenes y adultos en el ámbito familiar, comunitario y empresarial, advierte que el dibujo como técnica proyectiva refleja la conexión del niño con lo que piensa y siente, y de alguna manera lo que lo expresa por medio del dibujo.
Rincón enfatiza que “los niños lejos de su tierra en general sienten un vacío de arraigo que, a través del juego y las actividades artísticas, conectan y drenan de manera espontánea su sentir”.
Por lo general, añade la psicopedagoga, “en la intervención se permite la libertad del sentir para luego canalizar y analizar la nueva situación y tomar de esta lo necesario para canalizar el nuevo proceso”.
El vicepresidente de la Asociación Venezolanos en Barranquilla, Juan Viloria, explicó que han venido realizando jornadas en zonas vulnerables dirigidas a las familias venezolanas y población de colombianos retornados a fin de brindar oportunidades que faciliten la inclusión y atención a los más necesitados. Con estas actividades se ha visto beneficiada también la población local.
“Seguimos creando espacios de formación y lúdicos para el rescate de la cultura, de nuestras tradiciones y costumbres, con la finalidad de que los niños, niñas y adolescentes puedan sentirse en casa y tener acceso a la educación. Estamos generando acciones para lograr garantizar el cupo escolar para el año 2020”, puntualizó Viloria.