18.3 C
Caracas
viernes, 29 marzo, 2024

Militares venezolanos cobran vacuna para abrir paso a Brasil

-

Caracas.– Militares cobran vacunas hasta los 100 reales brasileños (40 dólares) a venezolanos que deben cruzar la frontera, bien sea para abastecerse de comida, medicinas o emigrar

La primera alcabala de guardias nacionales está a la altura del fuerte Eskamoto en Santa Elena de Uairén. Allí los uniformados informan que no hay paso para nadie hasta nuevo aviso. Muchos se van, pero otros se quedan insistiendo, y son a estos a los que obligan a pagar 30 reales para dejarlos pasar. Mientras, del otro lado los esperan carros que cobran al menos 70 reales por persona para trasladarlos por los caminos verdes hasta Pacaraima. Los camiones piden alrededor de 100.

«Son los vehículos de los mismos militares conducidos por gente que se presta para esta extorsión», explicó un taxista que evitó identificarse, pero indicó que sus mismos compañeros armaron un «negocio redondo» con los militares: recogen pasajeros del terminal, cobran 100 reales para llevarlos hasta Brasil, dejan la mitad del dinero en la alcabala y continúan hasta la nación vecina.

LEE TAMBIÉN: 

5.000 VENEZOLANOS FUERON TRASLADADOS DESDE RORAIMA A OTRAS 17 CIUDADES DE BRASIL

Al llegar a Brasil, los venezolanos se abastecen y retornan. También deben pagar para el regreso. Los que se quedan en ese país o continúan su travesía hacia otro sitio, son recibidos por miembros de la Operación Acogida, que es adelantada por el Gobierno brasileño para brindar ayuda a los miles de emigrantes que continúan llegando.

Algunos taxistas de líneas constituidas y piratas que funcionan en Santa Elena denunciaron a El Pitazo que la semana pasada cinco choferes fueron retenidos en el fuerte Eskamoto por dejar «carreras» en ese sitio durante la noche.

«Nos retuvieron el carro y llevaron hasta el comando. Allí nos interrogaron; era como una forma de amenaza para que no nos acercáramos», dijo uno de los taxistas. Cabe destacar que a partir de estas detenciones, algunos profesionales del volante se vieron obligados a «negociar» con los efectivos castrenses para continuar laborando.

Interminable travesía

Desde que los viajeros llegan a Eskamoto hasta que logran cruzar la frontera transcurren unas seis horas, a las que se suman las 30 horas de viaje en autobús desde Caracas a Santa Elena.

Actualmente Expresos Guayana son los únicos transportes que cubren está tediosa y peligrosa ruta. Parten del terminal de Oriente, en Guarenas, y cobran 10 dólares por pasajero.

No obstante el deterioro en que se encuentran las unidades, a muchas de las cuales no les funciona el aire acondicionado, luego de Upata (Bol) los choferes se dan a la tarea de subir más pasajeros hasta Santa Elena. Todos ellos van parados en un trayecto de unas ocho horas. Los autobuses no poseen baño y se detienen tres veces en el camino. El cobro del pasaje a quienes van de pie se realiza en reales brasileños, y en ocasiones aceptan soberanos en efectivo.

«Cuando entramos en territorio minero es como llegar a otro país. Te quieren vender una supuesta promoción de cuatro chupetas por un dólar, el derecho al uso del baño sale en 500 soberanos y un café pequeño cuesta 600 bolívares», reclamó Olga Quiroz, que iba junto a su hija de seis años y su tía, que no tenía cédula. Ellas llegarían hasta Brasil para luego seguir a Argentina.

Requisa exhaustiva

En el trayecto suben constantemente efectivos de la Guardia Nacional a estas unidades, piden documentación y revisan los equipajes. Las dos requisas más exhaustivas se realizan en los comandos de Sierra de Lema y San Francisco de Yuruaní, ambos ubicados en el municipio Gran Sabana, a tres y dos horas de Santa Elena, respectivamente.

Allí los uniformados exigen las facturas hasta de los teléfonos celulares y computadoras portátiles de los pasajeros, pero la revisión a las condiciones en las que se encuentran las unidades es nula.

Mientras el contrabando de comida y medicinas se acrecienta en la frontera de Venezuela con Brasil y se disparan los casos de extorsión de parte de militares a civiles que deben cruzar, cientos de personas continúan sin poder ir a trabajar, los niños sin ir a la escuela y los enfermos sin acceder a sus tratamientos médicos. Todos a la espera de que se levante el cierre y así retorne la normalidad a esta población fronteriza.

Con información de Glorimar Fernández.

Miles de venezolanos en las zonas más desconectadas del país visitan El Pitazo para conseguir información indispensable en su día a día. Para ellos somos la única fuente de noticias verificadas y sin parcialidades políticas.

Sostener la operación de este medio de comunicación independiente es cada vez más caro y difícil. Por eso te pedimos que nos envíes un aporte para financiar nuestra labor: no cobramos por informar, pero apostamos porque los lectores vean el valor de nuestro trabajo y hagan una contribución económica que es cada vez más necesaria.

HAZ TU APORTE

Es completamente seguro y solo toma 1 minuto.

Ayúdanos a cubrir todo el país
Hazte Superaliado/a