Por Programa de Formación de Nuevos Periodistas
Caracas. Faltando un día para el 10 de enero, la fecha en que constitucionalmente debe juramentarse el nuevo presidente de Venezuela, migrantes venezolanos repartidos por el mundo están a la expectativa de qué es lo que pueda pasar.
El Pitazo consultó a venezolanos en diferentes países. La mayoría coincidió en la posibilidad de un cambio político, después de esta fecha decisiva, que traiga resultados favorables al país.
Vientos de cambio
Mauricio Castañeda, estudiante de 23 años residenciado desde 2017 en Bogotá, Colombia, cree que la legitimidad democrática de la oposición, liderada por María Corina Machado y Edmundo González, presenta un panorama positivo para los venezolanos deseosos de cambio.
“Creo que algo bueno pasará el 10 de enero o los días siguientes. No será el cambio de régimen, pero puede empezar a movilizarse algo que nos acerque más a ese destino”, afirmó el venezolano.
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En Argentina, la intérprete médico Fabiana Navarrete, que reside en la nación austral desde 2018, también comparte su optimismo, aunque con ciertas reservas.
“Como venezolana, hay pocas cosas que quiera más en esta vida que ver a mi país libre. Sin embargo, valoro lo suficiente mi estabilidad emocional y mi tranquilidad para entregarme ciegamente a la certeza de un cambio, más sabiendo de lo que es capaz de hacer el régimen chavista. Soy optimista, pero no ilusa”, dijo la joven de 24 años.
El optimismo de los migrantes venezolanos no se reduce a América Latina. Uno de los entrevistados, que solicitó resguardar su nombre, declaró que desde que reside en Ohio, Estados Unidos, desde 2021, nunca ha perdido la esperanza en el cambio político de su país.
“Mi familia y yo, aún a mis 70 años, estamos muy optimistas de que el 10 de enero habrá un gran despertar, un cambio definitivo de gobierno, y la investidura de la Presidencia en las manos de Edmundo González”.
Temores y escepticismo
Entre los entrevistados también se hallan perspectivas menos esperanzadoras. En Chile, el transportista de 30 años, Ignacio Saavedra, mantiene que “aunque Dios baje del cielo y gobierne Venezuela, el país no va a cambiar. O, por lo menos, tardará muchos años”.
“Aunque llegué a Chile en 2019, para mí la esperanza y la ilusión murieron hace tiempo, al mismo tiempo en que me llegaban noticias de amedrentamiento y tortura a menores de edad y adultos mayores por solo expresar su inconformidad con el Gobierno de turno. La represión es cada vez más inhumana.”
En el viejo continente, Lorenzo Galli, estudiante de 23 años residenciado en Perugia, Italia, mantiene una actitud temerosa ante las acciones que pueda tomar el oficialismo frente a los manifestantes.
“Me aterra lo que pueda suceder ese día. Porque si el Gobierno pudo hacer lo que le hicieron a miles de personas después de las elecciones, no me imagino lo que puedan hacer el 10 de enero. También me da mucho miedo el escenario donde la oposición decida tomar las armas”, declaró el joven.
Nicolás Maduro fue proclamado ganador de la elección presidencial del 28 de julio por el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el oficialismo, sobre la base de unos resultados que aún se desconocen de forma desglosada, pero que fueron rechazados por gran parte de la comunidad internacional.
La oposición, que ha mostrado actas que acreditarían la derrota de Maduro, ha denunciado fraude y reivindica la victoria de Edmundo González Urrutia.