La Guaira.- En la Unidad Educativa República de Panamá en La Guaira, el centro educativo más grande de la capital del estado Vargas, las aulas se ven cada vez más solitarias. Los salones, amplios y concebidos para unos 40 alumnos, hoy son escasamente ocupados por 26 de los que iniciaron el año escolar en septiembre del año pasado. “Los salones son para 40, pero se llegan a inscribir hasta 45 niños, pero muchos se han ido porque no tienen para el pasaje, no tienen para el uniforme, no tienen agua en su casa o se han tenido que ir con su papá o su mamá a vivir afuera”, contó una docente del plantel, que no quiso ser identificada por temor a represalias por parte de sus superiores.
La realidad que se dibuja en el centro educativo guaireño, se repite en las instalaciones de Macuto, Maiquetía, Carlos Soublette y Catia La Mar. En muchos de ellos la deserción escolar dejó las aulas con poco más de la mitad de los alumnos.
La cifra es respaldada por el Sindicato Venezolano de Maestros de Vargas (Sinvema Vargas), que aseguran que este año escolar la deserción alcanzará 40%.
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“Este es, sin duda alguna, el año escolar más accidentado de esta década. Un año escolar completamente atípico, por la migración de los alumnos, la migración del grupo familiar y la fuerte crisis económica que ha hecho que en muchas viviendas sacrifiquen la formación educativa de los más pequeños de la casa. Antes esta situación era vista en bachillerato, porque los adolescentes iban a trabajar, pero ahora hasta los niños de siete u ocho años asumen responsabilidades en la casa y lo eximen de la escuela. La única motivación es el almuerzo y la calidad de la comida es tan baja, que ni eso es ya atrayente para mandar a los muchachos a estudiar”, explicó el profesor Cornelio Santana, secretario general de Sinvema Vargas.
De acuerdo con el docente y especialista, “si evaluamos los objetivos cumplidos y la carga horaria, pues este año escolar estaría perdido, a consecuencia de los apagones. Un aspecto que ha incrementado el tema de la deserción escolar, pues muchos padres o representantes no enviaban a sus niños a clases para no gastar en pasaje por solo dos o tres horas de clases”.
Otro aspecto que también afectó el desenvolvimiento de este año escolar, de acuerdo a Sinvema, es la migración de docentes. “En promedio tres de cada diez maestros de Vargas abandonaron las aulas para migrar, lo que no es un problema exclusivo de nuestro estado, sino de todo el país. Lo más grave es que, en el caso de nuestra entidad, se han colocado a madres, o a muchachos de chamba juvenil, o de los consejos comunales a suplir la ausencia de los docentes, colocando allí a personas que, aunque con buena disposición, desconocen herramientas pedagógicas elementales”, agregó Santana.