San Cristóbal.- Más de 3.000 venezolanos que quieren retornar a su país tienen más de un mes pernoctando en las calles de Villa del Rosario, departamento Norte de Santander (Colombia), esperando el turno para pasar a la localidad de San Antonio, municipio Bolívar del estado Táchira. La información la confirmó este jueves, 9 de julio, a El Pitazo el reportero gráfico colombiano Mario Caicedo, del Diario La Opinión, de Cúcuta.
Apuntó Caicedo que a lo largo de las calles que comunican con La Parada de Cúcuta fueron levantados unos 800 ranchos improvisados, creados con palos. Los techos y las paredes los armaron con bolsas de plástico para evitar que el sol de 40 grados, característico de la zona, penetre directamente en la piel. El suelo de tierra o arena es lo que sirve como cama.
Para alimentarse, quienes llevan algo de dinero compran pan; otros piden en los supermercados y bodegas cercanas, mientras unos más se acercan a las orillas del río Táchira, de donde sacan iguanas y otros animales que cocinan con leña. Hace dos días, Caicedo estuvo en la zona y presenció cómo un adolescente encontró una iguana, que después prepararon entre varios.
“Lo que se pueden rebuscar sobreviven con eso, y entre ellos mismos hacen alguna colecta para tener un poco más de plata y comer algo más. Es horrible. Ellos lo que piden es que las autoridades de Venezuela reciban más gente todos los días. Anteriormente recibían a diario 700 personas, pero ahora solo reciben 300 personas los días lunes, miércoles y viernes, por disposición de las autoridades venezolanas. Ellos piden que los dejen pasar porque lo que quieren es llegar a su tierra”, expresó Caicedo.
Destacó el reportero que estos venezolanos no se atreven a cruzar por trochas porque estos caminos ilegales están custodiados por la policía y por el Ejército colombianos. Por otra parte, pasar es riesgoso por la presencia de grupos irregulares.
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Explicó el reportero gráfico que quienes están en Tienditas, ubicados en carpas, reciben una ayuda de Migración y de la Oficina de Fronteras por una noche, antes de cruzar a Venezuela. “Pero quienes están en la autopista no tienen ningún tipo de ayuda. Sobreviven con lo que tienen en sus bolsillos».
Ampliando su narración, Caicedo apunta que las personas que están en la autopista no tienen atención de nada. Llegan por voluntad propia y están esperando que los lleven a Tienditas para que los puedan pasar a Venezuela. Precisa que hasta que no se desocupe este último lugar no se va a desocupar la autopista. «Tienditas tiene una capacidad para unas 1.200 personas; en una semana se irán estas 1.200, pero a La Parada están llegando diariamente. Entonces, ese flujo nunca bajará”, acotó.
“No tenemos nada”
Leonardo Olivares pasó un mes y cinco días caminando desde Perú hasta la frontera de Cúcuta con San Antonio del Táchira. Considera inhumano no recibir ni agua potable de parte de las autoridades de Colombia y Venezuela. “Supuestamente hay instituciones que están dando apoyo. Estados Unidos y que está apoyando, pero a nosotros no nos ha llegado ni agua”, afirmó.