Caracas. “Esperamos que el presidente Trump trabaje con Venezuela como lo hizo con México y El Salvador y logre que estos países los acepten de vuelta”, dijo Tom Homan, el llamado zar de la frontera de la nueva administración estadounidense, a la presentadora Margaret Brennan sobre el plan de deportación masiva de migrantes.
“Si no lo hacen, seguirán siendo deportados. Solo van a ser deportados a un país diferente”, prosiguió Homan sobre la posibilidad de deportar a los migrantes venezolanos sin papeles a un tercer país si su Gobierno se niega a recibirlos.
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El hombre que estará al frente de la supervisión de la política de inmigración y la seguridad fronteriza de Estados Unidos a partir del 20 de enero, cuando Donald Trump asuma la Presidencia, ratificó su deseo de aplicar mano dura contra los inmigrantes que carecen de un estatus legal de residencia en este país.
Invitado al programa Face the Nation de CBS News el domingo 5 de enero, Homan se refirió al Programa Quédate en México, implementado durante la primera administración Trump. A través de él, los solicitantes de asilo que llegaban a la frontera sur de Estados Unidos eran devueltos a México a esperar la resolución de sus casos, una situación que los exponía a la violencia de la zona fronteriza y a precarias condiciones de alojamiento.
En su segundo mandato, Donald Trump ha jurado adelantar la mayor ola de deportaciones de inmigrantes no autorizados a estar en Estados Unidos en la historia de este país.
El magnate neoyorquino aseguró que su plan comenzará con los migrantes venezolanos irregulares, a quienes acusó, durante su campaña, de cometer crímenes y arruinar Estados Unidos. Fue un discurso que permitió la propagación rápida de rumores y noticias falsas sobre los migrantes.
Unos 11,3 millones de inmigrantes no autorizados viven en Estados Unidos, de los cuales al menos 8 millones están empleados, la mayoría con más de 10 años en aquel país.