Caracas. Parte de la creciente migración de venezolanos en Estados Unidos ha llegado a Chicago, en el estado de Illinois, para encontrar trabajo y un lugar al que llamar hogar. Kledeimar Donairo, quien nació en el estado Apure, es uno de ellos.
El venezolano de 32 años contó a El Chicago Sun-Times que él y dos primos participan en un segundo taller del programa culinario Food He.ro, del que se enteró en una feria en Malcolm X College, donde organizaciones e instituciones ofrecían servicios, programas y recursos para apoyar a los recién llegados a la ciudad estadounidense.
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Llegó a Chicago a mediados de febrero y se hospeda en el refugio para migrantes ubicado en la calle Halsted, una zona industrial de Pilsen, en el lado oeste de la ciudad. Es un vecindario bilingüe, donde se habla español e inglés.
Ahora, se traslada con sus primos a Little Village, un barrio ubicado al lado de Pilsen, donde la escuela de cocina Food He.ro recluta migrantes para recibir capacitación que los va a preparar para un trabajo –o una carrera– en la industria de restaurantes de Chicago.
“Lo que Food He.ro ofrece es clave para construir esa confianza que los participantes necesitan para encontrar su voz, ya sea para poner un pie en una carrera culinaria con un salario digno o iniciar un negocio de alimentos”, señala la escuela de cocina en su página web.
La comida como forma de vida en Chicago
Convencido de que la comida es una forma de unión en las comunidades de Little Village y Pilsen, y consciente de las necesidades en las cocinas de Chicago, Food He.ro ofrece una variedad de cursos que incluyen gestión de la hospitalidad, saneamiento de alimentos, financiación empresarial y orientación para obtener licencias municipales y así preparar y servir alimentos en festivales y mercados locales, así como la venta ambulante.
“Hay muchos latinos que quieren obtener entrenamiento debido a las certificaciones de la industria, pero los requisitos en un colegio comunitario pueden ser un desafío, porque es posible que no tengan ESL o inglés como segundo idioma”, dijo Javier Haro, fundador y ejecutivo director de Food He.ro, a El Chicago Sun-Times.
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Ofrecen varios cursos en español o bilingües y tardan de 3 a 4 meses en completarse. Haro, hijo de inmigrantes de Zacatecas, en México, que también llegó a ser dueño de su propio restaurante en Pilsen durante 12 años, afirma que las clases cuestan una fracción de lo que costaría una licenciatura universitaria.
Food He.ro es la única escuela culinaria en la zona de Little Village y Pilsen. Ofrece un curso para recién llegados que es gratuito y está dirigido a los migrantes que ya tienen un permiso de trabajo o han solicitado uno. Sin embargo, aquellos que no tienen un permiso de trabajo pueden ser elegibles para otros programas.
El programa cuenta con el apoyo de la Administración de Empleo y Capacitación del Departamento de Trabajo de Estados Unidos.
La escuela de cocina entrena a grupos de 30 estudiantes a la vez. El objetivo al final de cada curso es ayudarlos a encontrar trabajo en restaurantes y hoteles de su red.
“Me alegra decir que les enseñaremos ‘inglés de restaurante’. Inglés en la medida en que los hagan capaces de comunicarse eficazmente en la cocina. Y también tener aspiraciones”, añadió Haro al medio estadounidense.
Los migrantes interesados en postularse a los programas y cursos de Food He.ro pueden visitar su sede en Little Village llamando al (773) 888-1310 o enviando un correo electrónico a [email protected].
Con información de El Chicago Sun-Times y Food He.ro