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jueves, 28 marzo, 2024

El tequeño y la arepa de un venezolano deleitan a España

En el corazón de Madrid, España, Rómulo Moncada abrió el restaurante Gramabar, que ofrece un plato estrella: la Cesta criolla, que reúne arepas, tequeños, mini empanadas, cachapa y patacón. El caraqueño también lleva adelante un segundo negocio gastronómico en el que el sushi al estilo venezolano es el protagonista del menú

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Por Rubén Vásquez

Caracas. Desde la icónica Plaza del Callao en la ciudad de Madrid, en España, Rómulo Moncada enamora no solo a los españoles sino a personas de distintas nacionalidades con platos venezolanos como el tequeño y la arepa, dos de sus emblemas en el restaurante Gramabar (@gramabar).

En una entrevista para El Pitazo, Moncada explicó que su negocio nació en 2014, cuando la comida venezolana no era tan conocida en España, pero contaba con la ventaja de que su local estaba ubicado en una plaza muy frecuentada por turistas, quienes al ingresar y probar su menú quedaban cautivados.

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“Para 2014 empecé con lo que era un gastrobar y terminé con un restaurante venezolano al 100 % hoy en día, ofreciendo desde la arepa hasta sancocho de costilla, cruzado, pescado frito, o sea 100 % venezolano y funciona muy bien”, afirmó.

Actualmente, Gramabar ofrece un amplio menú en donde la arepa, en sus diferentes presentaciones, se ha convertido en uno de los platos más pedidos por el público. Sin embargo, no es el único, puesto que el tequeño es otro de los productos que más buscan los comensales.

Además, presentan un plato bautizado la cesta criolla, una bandeja donde las personas pueden disfrutar del patacón, la cachapa, empanadas, arepitas, tajadas y tequeños. Su menú lo completan platos como el pabellón criollo, parrillas y hamburguesas, entre otros.

Para la temporada navideña busca que los venezolanos en España estén cerca del sabor y tradición de su país, por lo que también ofrece la tradicional hallaca y el característico pan de jamón. “La comunidad venezolana en cada parte del mundo ha hecho que la gastronomía venezolana agarre muchísimo más vuelo”, asegura.

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Nacido en la ciudad de Caracas, Rómulo Moncada se graduó de abogado en la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) en 2011, pero la inestabilidad económica en Venezuela y la compleja situación política del país le hizo replantearse su futuro.

Ese mismo año emigró a España con la intención de realizar un máster en Derecho. Tras realizarlo decidió quedarse en el país europeo, donde consiguió homologar sus títulos y comenzar a ejercer. Además de su emprendimiento, se dedica a la extranjería y atiende casos de colombianos y venezolanos que buscan regularizar su situación en Madrid o cualquier parte de España.

Sin embargo, Moncada asegura que, como el Derecho, la pasión por la cocina siempre ha estado en su familia, de la que aprendió muchas de las cosas que hoy en día replica en suelo español.

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Esa misma pasión lo llevó a desarrollar un segundo emprendimiento justo antes de que se declarara el confinamiento por la pandemia del COVID-19. Se trata de Sákale (@sakalemadrid), un restaurante que ofrece sushi al estilo venezolano. “Gramabar y Sákale son menús diferentes, pero los trabajamos como marcas hermanas. El que conoce Gramabar va a saber reconocer el sabor de Sákale”, indicó.

“Aquí en España conocen el sushi que se come en Japón, pero presentamos nuestra versión venezolana (…) Es un restaurante de sushi que conocemos en Venezuela, que se llama Sákale, otra marca que creamos aquí y que está en procesos de su segundo restaurante”, comentó.

Conquistar con el sabor venezolano

Moncada señaló que la pandemia del COVID-19 fue un gran reto para su negocio. “Tenías que afrontar pagos de nómina, alquileres, electricidad, servicios, si dejaba las neveras encendidas, se seguía acumulando gato, entonces las cuentas se iban para abajo, solo gastos y nada de ingresos”, asegura.

Ahora, en medio de la recuperación, el venezolano retoma sus proyectos. Adelantó que trabaja en la apertura de un segundo local de Sákale, mientras que con Gramabar su intención es expandirlo a otras regiones de España y Europa.

“Desde 2014 hubo un auge de comidas de todos tipos. La migración ha permitido una nueva ventana a España (…) El consumo en España cambió gracias a la migración, no solo la venezolana, sino a la propuesta de otras culturas”, dijo.

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Sostuvo que el miedo fue una de las emociones que experimentó al momento de emprender en España, ya que cuando llegó no era común encontrar propuestas gastronómicas procedentes de Latinoamérica. Sin embargo, las ganas de salir adelante le permitieron crecer en su negocio.

Emigrar no es fácil. Salir de tu zona de confort o de lo que conoces, no es fácil, pero ha sido muy positivo. Le recomiendo a todas las personas que salgan, que viajen, que caminen, que vean otras culturas, otros idiomas, otras comidas y que tomen sus propias decisiones”, expresó.

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