Por Crónicas de Chile
Santiago de Chile. Luis Alberto Baquero Molina no sabe rendirse ante la adversidad. Nació en Caricuao el 22 de febrero de 1988 y se crio en el Barrio Las Casitas, sector 2. En su infancia prevalecieron los valores familiares, pero también las carencias económicas. Sufrió desde adentro lo que es perder familiares y conocidos por el nivel delictivo en las zonas populares de Caracas.
“Jamás olvido que conocí de muy niño a un ingeniero industrial y me identifiqué muchísimo en cómo llevaba su vida. Fue mi modelo a seguir desde muy niño, incluso sin saber lo que realmente era ser ingeniero”, recuerda Luis, quien se graduó en la Unexpo Luis Caballero Mejías de Caracas como Ingeniero Industrial.
Luego, en 2012, ingresó al área de ingeniería de Seguros Caracas, un buen cargo pero que en poco se tradujo en bienestar para su familia. Por ello dos años después, en julio de 2014, decidió emigrar a Chile con su esposa.
Viajaron por aire a Buenos Aires, Argentina, porque no les alcanzaba el pasaje para un vuelo directo a Santiago. “Cruzamos la frontera en pleno invierno y llegamos el 14 de julio de 2014, como decimos nosotros con una mano adelante y otra atrás. Solo conocíamos a dos amigos, a más ningún otro venezolano”, detalla.
Después de tres meses sin empleo Luis comenzó a trabajar como auditor externo en Liberty Seguros Chile. Su puesto era como ingeniero auditor de riesgos industriales, y con el tiempo, por su talento, fueron llamándolo varias compañías más.
En los primeros 4 años ya trabajaba al menos con cuatro empresas de seguros reconocidas y al ver que no tenía capacidad para realizar solo el trabajo, formó una consultora llamada Royal Inspections, que presta servicios de análisis de riesgos industriales, sistemas contra incendio y proyectos en protección contra incendio.
Hoy Royal Inspections trabaja con 80% del mercado asegurador chileno prestando una alta variedad de servicios con alta tecnología y alcance a nivel nacional, con más de 20 ingenieros externos consultores a lo largo del país y un equipo central de 5 ingenieros venezolanos.
Tiene su sede en una oficina en Las Condes. “Llevamos no solo tareas de consultoría, formamos otra empresa instaladora de sistemas contra incendio y robo también, llamada Royal Risks y ambas forman el principio de un sueño en nuestro holding Royal Group.
Burger Gump, un sueño
Gracias al pequeño éxito que se formó a través de la consultora, Luis logró ejercer y liderar su propia empresa de ingeniería. “Creí que podría dar más y entonces me asocié con mi mejor amigo en la empresa consultora: Cristofer Sánchez. Estudiamos juntos en la universidad y lideramos la empresa”, explica.
Así, en noviembre de 2019, en pleno inicio del estallido social en Chile, abrió Burger Gump (@BurgerGump), en la comuna de San Miguel. “Siempre tuve la idea de tener un restaurante con un estilo bien marcado, americano, rock alternativo y hamburguesas con personalidad”, cuenta Baquero, a quien le tocó enfrentar la pandemia del COVID-19 justo después de ser víctima de una estafa.
Junto con Cristofer asumió las labores que demandaba el local. Fueron cocineros, cajeros, bartender, repartidores y responsables de la limpieza. Trabajaban jornadas de 20 horas diarias. Terminaban fulminados.
En paralelo, llevaban un control sobre las funciones de Royal Inspections por casi un año, todo para no dejar caer el sueño. Y cuando levantaron las restricciones, Burger Gump se potenció. Contrataron personal y llegaron a ser un staff de 10 personas en poco tiempo. Abrieron terraza y por fin lograron usar la patente de alcohol que tanto les costó conseguir. El éxito parecía instalarse, pero vino un sacudón enorme. El 26 de septiembre de 2021, el local sufrió un incendio con pérdidas materiales de gran impacto y daños a terceros.
“No voy a mentirles. Fue un golpe muy duro luego de tanto esfuerzo. Siento que no merecíamos esto. La verdad dolió mucho. Sin embargo, nos levantamos y volvimos a trabajar de la mano de contratistas, día y noche y en menos de tres semanas, Burger Gump volvió a abrir sus puertas. Recibimos el apoyo de amigos cercanos y de la comunidad para superar el accidente, y hasta hoy, todos los días seguimos creciendo, proyectándonos a que el 2022 es el año de abrir una nueva sucursal”, confía.
Al día de hoy, Luis se siente satisfecho. Tiene dos hermosos hijos y comparte su vida con una esposa que jamás dejó de creer en sus capacidades para salir adelante. Además siente un orgullo enorme por tanto esfuerzo que se ve reflejado al liderar con éxito proyectos que son de diferentes rubros y que generan empleos directos e indirectos. “Creo que es la mayor contribución que hacemos a la sociedad. Después de todo esto, nada nos detendrá”.
Por @CronicasDeChile