Caracas. La familia de la adolescente venezolana Alanis Andrade se propone conseguir justicia en Estados Unidos. La joven de 13 años fue atacada a golpes en tres oportunidades por algunas de sus compañeras de clases en el Antioch Middle School, en Nashville, Tennessee.
Ahora, con la ayuda de una organización no gubernamental de derechos humanos, la familia de la adolescente, nacida en Maracaibo, estado Zulia, denunciará los hechos para conseguir justicia. “Es un proceso que la organización está elaborando, pero se tiene que hacer paso por paso”, dijo el activista de derechos humanos Carlos Juárez al reportero Carlos Montero el 4 de junio en Instagram.
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Engerlinth Castillo, hermana de la víctima, indicó que la familia seguía en espera de una reunión prometida por el director de la escuela, luego de que las agresiones sufridas por su hermana se hicieron virales.
“La escuela no le brinda seguridad a mi hermana”, aseguró al reportero Carlos Montero en una entrevista en Instagram el 4 de junio. El instituto, sin embargo, se defendió afirmando que había seguido los protocolos para garantizar la seguridad de todos los estudiantes.
En Estados Unidos desde 2023, la joven estudiante marabina se convirtió en el blanco de agresiones verbales, físicas y psicológicas de un grupo de compañeras de clases apenas comenzar el año escolar.
“No quiero estar aquí”
El peor momento llegó en febrero de este 2024, cuando Alanis Andrade ingirió agua que le dieron a tomar otras dos niñas de la clase. “Entró vomitando y sangrando a clases (…) Ella quedó inconsciente (…) salió positivo a las drogas después de unos exámenes”, ratificó su hermana en la entrevista.
Sí, (pensé que podía morir), respondió al reportero.
La venezolana denunció nuevamente que su hermana de 13 años ha sido víctima de acoso escolar o bullying sin recibir la atención de las autoridades escolares estadounidenses.
Le decían que sus senos eran falsos, criticaban su forma de vestir y caminar. Incluso, aseguró que las agresiones llegaron a la puerta de su casa, a la que lanzaron huevos y rayaron con palabras obscenas.
“No quiero estar aquí”, se le escucha pronunciar con dificultad a la joven víctima venezolana en uno de los videos que se hizo viral, acostada en una cama de hospital.