Washington.- La Administración del presidente de EE. UU., Joe Biden, garantizará que todas las personas que se encuentran en el país, incluidos los migrantes indocumentados, tendrán acceso a la vacuna contra el COVID-19, dijo este jueves 28 de enero la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
“Como Administración, creemos que hay que garantizar que todas las personas que se encuentran en EE. UU., los migrantes indocumentados también, por supuesto, deben tener acceso a la vacuna», aseguró Psaki en la rueda de prensa diaria de la Casa Blanca.
La portavoz del gobierno de Biden consideró que esto, en primer lugar, «es moralmente correcto, pero garantiza también la seguridad de las personas en el país».
El gobierno de Biden ha puesto énfasis en la atención de la pandemia del coronavirus, que se ha cobrado más de 400.000 vidas en Estados Unidos, el país más afectado en el mundo, con más de 25 millones de contagiados.
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Biden, quien fue investido presidente de EE. UU. el pasado 20 de enero, se puso como objetivo en sus primeros 100 días tener 100 millones de vacunaciones, cifra que luego subió a 150 millones.
Sin embargo, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Ron Klain, ha alertado sobre la ausencia de un plan de distribución de dosis por parte de la pasada Administración de Donald Trump, mientras la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky, admitió que uno de los mayores problemas que encaran en este momento es que no pueden decir «cuántas vacunas» tienen.
En una entrevista difundida este jueves 28 de enero, el epidemiólogo jefe de EE. UU., Anthony Fauci, llamó la atención sobre la necesidad de priorizar a las comunidades desatendidas al momento de ejecutar los planes de vacunación en el país.
Fauci afirmó en una entrevista con la revista New England Journal of Medicine que no quieren que al principio la mayoría de las personas que reciban la vacuna sean «personas blancas de clase media».
«Lo que realmente se quiere es que la vacuna llegue a las personas que son realmente más vulnerables. Se quiere hacer llegar a todo el mundo, pero no se quiere tener una situación en la que las personas que realmente lo necesitan, debido a su lugar de residencia, a su situación económica, no tengan acceso a la vacuna», apuntó.
También pidió respetar «la indecisión de la población minoritaria» frente a la vacuna que, aseguró, siguen «contando la historia de Tuskegee”, en alusión a un estudio efectuado en la ciudad que lleva ese nombre, donde el Servicio de Salud Pública observó la progresión de la sífilis entre casi 400 negros pobres en Alabama a lo largo de 40 años (1932-72).
Estos hombres nunca fueron informados de que habían contraído la enfermedad venérea y nunca fueron tratados, aunque sí fueron sometidos a pruebas médicas gratuitas, recibieron alimentos y cobertura de gastos fúnebres.
El martes, el Gobierno de Biden anunció que comprará 200 millones de dosis adicionales de las dos vacunas para el COVID-19 que han recibido autorización para uso de emergencia en el país, las de las farmacéuticas Pfizer y Moderna.