Puerto Ayacucho.- Durante 27 días estuvo hospitalizado en el hospital El Salvador, de Providencia, en el Gran Santiago. Tres días permaneció intubado en coma, luchando por su vida, hasta que superó el virus mortal. Desde esa difícil experiencia, Edgar José Azavache Frontado siente que volvió a nacer y toma como una lección de vida lo que afrontó como un extranjero indocumentado, lejos de sus seres queridos.
“Lo que viví en Chile es una lección de vida; este virus no es juego. Estuve muy grave, pensé que iba a morir, me encomendé a Dios y a las oraciones de mi familia. Pasé tres días en coma debatiéndome entre la vida y la muerte, y gracias también al amor que le tengo a la vida, vencí al coronavirus y siento que volví a nacer”, relató Azavache vía whatsapp a El Pitazo el jueves 11 de junio.

Este ciudadano de 42 años es natural de Puerto Ayacucho, estado Amazonas, Técnico Superior Universitario (TSU) en Construcción Civil y padre de tres hijos, decidió salir de Venezuela por la crisis económica en el año 2018 con destino a Lima, Perú, país donde al principio le fue muy bien, pero al ser víctima de xenofobia por la gran migración venezolana, optó por buscar otro horizonte.
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Las circunstancias lo llevaron a migrar a la nación sureña, adonde llegó a mediados de 2019 sin papeles en regla. Azavache intentó legalizar sus documentos para trabajar sin restricciones, pero las medidas del Gobierno chileno se lo impidieron. Trabajó en lo que pudo para ayudar económicamente a su familia desde la distancia; ese era su principal propósito. Conoció a otro migrante, radicado desde hace mucho tiempo en ese país, quien le ofreció trabajar como taxista.
Su trabajo lo ayudó a cubrir gastos y enviar dinero a su familia en Venezuela, pero la llegada del coronavirus a Latinoamérica interrumpió su labor, en vista de que Chile fue uno de los primeros países del continente invadidos por el virus. A consecuencia de la cuarentena decretada, a este venezolano le tocó resguardarse, pero la necesidad de trabajar para poder comer lo obligó a salir del confinamiento.
Azavache relató que comenzó a sentir los síntomas el sábado 2 de mayo: gripe, tos seca, dolor de cabeza y una fiebre que lo mantuvo débil todo el día. Comentó que en la noche el quebranto fue mayor. “No pude dormir; pasé una noche terrible. Ya tenía mi sospecha de que no era una simple gripe, sino el virus, que estaba invadiendo mi cuerpo poco a poco, y decidí ir al hospital a hacerme la prueba”, dijo.
Precisó que el domingo 3 de mayo le practicaron la prueba en el hospital de San Miguel. Dio positivo al COVID-19 y tuvo que ser aislado. En una ambulancia fue trasladado al hotel sanitario en Guachurá, en el centro Espacio Riesgo, donde le dieron la atención primaria. En vista de su gravedad y de que ya estaba con oxígeno, fue referido al hospital El Salvador, en Providencia, una comuna del Gran Santiago.

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Situación complicada
Al estar indocumentado, su ingreso al centro de salud se dificultó. Sus familiares desde Amazonas contactaron a Guarequena Gutiérrez, quien fungía como embajadora del gobierno interino de Juan Guaidó en Chile. La diplomática realizó las gestiones y logró que atendieran al paciente, quien pasó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Allí los médicos lo intubaron y le indujeron un coma.
“Por la gravedad de mi estado, los médicos me intubaron y mi diagnóstico fue trombosis pulmonar. Hubo un momento en que la desesperación se apoderó de mí y gracias a Dios sobreviví al coronavirus. Fue algo perturbador, porque estoy fuera de mi país. Me llené de valor y a pesar de que estuve en coma por tres días no perdí la esperanza ni la fe en Dios. Me aferré a él y a mis hijos, en quienes pensaba todos los días. Esa fue mi fortaleza para sanarme de esta enfermedad”, expresó.
Edgar José Azavache reaccionó lentamente y respondió al tratamiento asignado. Estuvo en el hospital durante 10 días y lo devolvieron al hotel sanitario en Guachurá, en el centro Espacio Riesgo, a cumplir la cuarentena. Destacó que fue dado de alta el martes 9 de junio bajo las estrictas medidas sanitarias exigidas por la Organización Mundial para la Salud (OMS) y el Gobierno chileno.

Incertidumbre y desesperación
Su hermana, la periodista Carolina Azavache, acotó que fueron momentos de angustia y desesperación que pasaron desde que se enteraron del estado de salud de Edgar José, el domingo 10 de mayo, en plena celebración del Día de las Madres. Para no empañar la reunión optó por quedarse callada y no preocupar a su mamá, Rachel Frontado, quien compartía con la familia.
La incertidumbre se apoderó de la comunicadora social, que era la única que sabía de la noticia. Para empeorar las cosas, no podía solicitar detalles, ya que la señal de telecomunicaciones se cayó por varias horas. “Mi mamá recibió la noticia el día siguiente y estaba de cumpleaños. Fue terrible para ella recibir esa mala noticia como regalo. Gracias a Dios y a los médicos que lo atendieron mi hermano venció el virus y está completamente recuperado”, reiteró.