Acarigua.- El colapso de cloacas que se registra en varias calles de la urbanización 24 de Julio, zona Araure, en el estado Portuguesa, ha llevado a algunas las familias afectadas a clausurar sus baño y a otras, incluso a mudarse a casas de familiares, ante el foco de contaminación que cada día se agudiza mientras las autoridades «pelotea» la solución de problemática.
Así lo informaron a El Pitazo los vecinos de esta comunidad, fundada hace 45 años, y que está divida entre los municipios Páez y Araure, condición que en vez de beneficiarlos, agrava sus problemas, porque ninguna de las dos alcaldías se hace responsable.
El desbordamiento de cloacas por retretes e inodoros, así como por las tanquillas de las calles, es de vieja data. Inició hace unos tres años y ha ido empeorando al punto que llevó Lisbeth Lucena a hacer sus necesidades en bolsas plásticas o pipotes, para luego botar «el paquete» en algún terreno abandonado.
«No puedo utilizar el baño porque las aguas negras brotan por la poceta, y por eso, a mi edad -74 años- debo usar una ‘perola’ para sus necesidades, y después a mi hijo le toca salir a botar ese desperdicio», relató.
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Reina Colmenares es también de la tercera edad, como la mayoría de los vecinos de esta comunidad, y además, enferma renal, como dos de sus vecinos, así que la contaminación, y proliferación de moscas y los zancudos que provienen de las aguas putrefactas, empeoran su condición de salud.
«Por cuatro meses me tocó dejar mi casa e irme para que mis hijos, pero tuve que regresar, aún con la mismo problema de cloacas, porque tenía mi vivienda sola, abandonada y a merced de la delincuencia», explicó la vecina.
La urbanización está conformada por 810 viviendas, en la mitad de ellas se desbordan las cloacas. «La parte de Páez presentaba el mismo problema y medio lo solucionaron, ahora estamos afectados los de Araure, y ni la Alcaldía ni la hidrológica hacen algo para ayudarnos a solventar», dijo Emilio Hidalgo, vocero de la comunidad.
“Me pregunto si a Efrén Pérez o a Primitivo Cedeño (alcaldes de Páez y Araure, respectivamente) les gustaría tener las aguas de las cloacas corriendo dentro de su casa, vivir con la casa hedionda”, dijo María Hernández, quien junto al resto de los vecinos manifestaron no querer fiestas ni celebraciones por el Carnaval, mientras sus comunidades padecen de decenas de fallas en los servicios públicos.