Acarigua.- Los 10 tramos caídos de la tubería de aguas negras del sector 3 de la urbanización Los Durigua, en Acarigua, estado Portuguesa, han generado enfermedades respiratorias y hasta un brote de hepatitis en vecinos de las veredas más afectadas por el foco de contaminación.
El agua putrefacta, con restos de heces y hasta larvas, no solo corre por las veredas 9, 10, 12, 28, la avenida 7 con calle 04 y avenida 7 entre calles 08 y 10, sino que también sale por inodoro, pocetas y hasta patios de las viviendas, como es el caso de Amarilis Simancas, quien tiene dos niños pequeños y espera el tercero. «Vivo en la vereda 12 y tengo aguas negras en el patio, porche y frente a mi casa».
Por esta situación, con un embarazo de seis meses, la ciudadana ha presentado una infección vaginal y placenta previa, lo que pone en riesgo su salud y la del bebé que espera.
Afirmó no saber qué hacer cuando se aproximen los días de nacimiento de su pequeño, porque en las condiciones precarias en las que se encuentra su casa por el desbordamiento de cloacas, no podrá mantener al recién nacido en ese lugar.
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El foco de contaminación es un problema que afecta a 120 familias, que llevan padeciéndolo desde hace más de tres años, y pese a las constantes denuncian, hasta la fecha, ninguna autoridad, ni municipal ni regional, ha buscado solventar, pese a que al urbanismo han acudido representantes de la Alcaldía de Páez y de la empresa Hidrosportuguesa.
Rosaura Damatos, también vecina del sector, explicó a El Pitazo que la comunidad, en su mayoría, pertenece a la tercera edad y los riesgos de contraer una enfermedad son más grandes. «Mi vecina Gladys está saliendo de una hepatitis, y es una anciana. Aquí el gobierno está muy preocupado por el Covid-19, pero por si no lo saben, ese virus capaz no nos mata, pero está contaminación si puede», dijo la denunciante.
Además de los casos de hepatitis e infecciones urinarias, se han reportado niños y adultos mayores con escabiosis, asma, entre otras afecciones. La proliferación de moscas y zancudos no se ha hecho esperar.
Los habitantes hicieron un llamado al gobernador Rafael Calles y al alcalde Efrén Pérez para que reconstruyan esos tramos caídos de aguas negras, y otros ocho de aguas blancas. «No queremos seguir viviendo en medio de un río de aguas negras y malos olores. Ahora necesitamos hasta un plan de vacunación y fumigación porque con la entrada de las lluvias, la situación se pone muy delicada para la calidad de vida de las familias de Durigua”, expresó por su parte Carlos Galíndez, líder vecinal de la zona.