San Juan de los Morros.– El pasaje urbano en la capital de Guárico tiene aproximadamente dos semanas con un precio de BsS. 80, monto que supera el ajuste de BsS. 70 anunciado en días recientes por el ministro de Transporte, Hipólito Abreu.
A pesar de la tarifa fijada en el municipio Roscio Nieves de la entidad, la cual establece las rutas cortas en BsS. 80 y rutas largas BsS. 100, algunos transportistas aseguran que eso no es suficiente para el mantenimiento de las unidades y cubrir gastos familiares.
«No soy dueño del autobús, soy avance, pero también soy padre de familia y ni que cobremos 100 bolívares eso nos alcanza, ni para comprar comida, ni para repuestos, todo está carísimo», comentó un transportista de San Juan, quien prefirió mantenerse en anonimato.
Asimismo, Luis Cuchano, transportista de la referida localidad, explicó que «a 80 bolívares soberanos no da ni para comprar un cartón de huevos; no hay aceite, los filtros no se cambian. Prácticamente lo que se hace en la semana no alcanza para nada, y uno trabaja es por la necesidad».
Los propietarios, conductores y colectores muestran cómo están afectados por las condiciones de los vehículos y las dificultades para adquirir repuestos. Sin embargo, algunos usuarios de la capital llanera también manifestaron su descontento por el ajuste del pasaje y el trato que reciben en las unidades.
Algunos pasajeros de la tercera edad señalaron que los colectores no respetan el pago preferencial y cobran la misma tarifa de BsS. 80 y BsS. 100.
«A veces tratan a uno mal, no respetan el pasaje de tercera edad. Los colectores no nos quieren agarrar y te quieren cobrar completo», comentó Paula Coropo, quien añadió que para cubrir gastos de pasaje y alimentación plancha y lava en algunas casas donde la contratan.
Animismo, Yolanda González, de 55 años, explicó que las pocas veces que se moviliza en autobús es cuando cobra la pensión y criticó el maltrato de algunos transportistas: «Ahora los viejos pagamos igual que los jóvenes. Si uno no tiene el pasaje completo no te dejan montar».
Jorge Castro utiliza transporte público al menos cuatro veces por día y asegura que su trabajo como vigilante no es suficiente para pasaje y comida: «Yo crío gallinas para poder sobrevivir, porque ese trabajo de vigilante no me alcanza para nada».
La falta de autobuses hacia algunas comunidades del municipio Roscio permite la aparición de camiones y camionetas, conocidas como «perreras», en las cuales los precios oscilan entre BsS. 120 y BsS. 150. Entre los usuarios hay quienes manifiestan estar conscientes del riesgo que corren al subir a estos vehículos, pero lo hacen para evitar ir guindados en los autobuses o ahorrarse largas caminatas hacia distintos barrios de la localidad.