Los Llanos.- La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) denunció este miércoles 12 de enero, el desplazamiento forzado de familias indígenas asentadas en la línea fronteriza de Venezuela con Puerto Carreño y demás poblaciones colindantes con el departamento de Vichada. Se trata de grupos procedentes de los Pueblos Indígenas Amorúa y Sikuani provenientes del estado de Apure.
Junto con la Consejería de Derechos de los Pueblos Indígenas, Derechos Humanos y Paz, a través de un comunicado, la organización hizo un «llamado urgente» al Gobierno Nacional, a la comunidad nacional e internacional y a la opinión pública en general, para que se atienda la migración forzada y la emergencia humanitaria, que se vive en Arauca, por los enfrentamientos entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
Destaca el escrito divulgado que desde el martes, 11 de enero de 2022, han empezado a llegar pobladores de comunidades de los Pueblos Indígenas Amorúa y Sikuani provenientes del estado de Apure – Venezuela al municipio de Puerto Carreño del departamento de Vichada en Colombia, debido a enfrentamientos armados.
«Esta situación se ha tornado hoy en una grave emergencia humanitaria, dadas las condiciones precarias e inhumanas en las que se encuentra esta población indígena, especialmente para los niños, niñas, jóvenes, mayores y mayores desplazados», expresa.
Igualmente señalan que a este hecho de desplazamiento forzado de indígenas y campesinos, «se suman las amenazas contra sus vidas en sus territorios, el riesgo inminente de reclutamiento forzado de niñas y niños, y la siembra de minas antipersonal por parte de las disidencias de las Farc.
La Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) exige al gobierno Nacional y departamental de Vichada, a la Defensoría del Pueblo, a la Procuraduría General de la Nación, a la Fiscalía General de la Nación y demás entidades del Estado para que «se atienda de manera inmediata a las comunidades que hoy se asentaron en Puerto Carreño, quienes denuncian no contar con agua potable, alimentación, atención médica y albergues en condiciones dignas y pertinentes culturalmente».
Reiteran el llamado a la comunidad internacional para que atiendan y acompañen las labores humanitarias «que en estos momentos se requieren, con el fin de garantizar la vida y la integridad de las familias indígenas desplazadas».