Acarigua.- Filtraciones en los techos, paredes agrietadas, fallas de agua y electricidad son algunas los daños que presenta la Casa Sindical de Acarigua-Araure, en Portuguesa, instalación que sirve de sede a la Federación de Trabajadores del estado Portuguesa (Fetraportuguesa), agrupando a más de 20 sindicados de los distintos sectores.
Los años y la falta de mantenimiento e inversión en esta infraestructura que tiene más de cuatro décadas, se van notado desde que se ingresa al estacionamiento del lugar. Los representantes de los gremios de trabajadores que allí hacen vida les preocupa la situación, y están claros del riesgo de permanecer en las oficinas, pues temen que en cualquier momento las pareces o el techo se venga abajo por el avanzado deterioro que presenta.
Ninguno de los baños está operativo, por lo que prácticamente han tenido que ser clausurados atravesando en las puertas inmobiliario viejo e inservible, con una nota con la que advierte que están “dañados”.
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Los distintos sindicatos han hecho saber a la Gobernación del estado, como parte patronal, las condiciones en las que se encuentra la infraestructura, solicitando ayuda para la restauración; sin embargo, el Gobierno regional ha hecho caso omiso, lo que José Rodríguez, presidente encargado de Fetraportuguesa, califica como un pase de factura.
“Tienen la idea errónea que somos enemigos del Gobierno, porque todos los sindicatos están en conflicto activo con el Ejecutivo, pero no somos oposición, nosotros nos oponemos a la situación que viven los trabajadores y hacemos todo para defenderlos. Quieren que los sindicatos abandonen la sede, tal como ha ocurrido en otros estados, para utilizar esas instalaciones con otros fines”, expresó.
Aunque en toda la Casa Sindical falla el servicio de agua, los techos presentan filtraciones al tal grado que ya el concreto se está desprendiendo. Ante esta situación se giraron oficios al Cuerpo de Bomberos del estado Portuguesa, solicitando una inspección, sin embargo, los funcionarios indicaron que hasta no presentarse una eventualidad, no harán la observación de rigor.
“Habrá que esperar que se caiga el techo para que ellos puedan venir. Nosotros no aceptamos eso, no nos estamos moviendo por cuestiones políticas sino por la seguridad social de nuestros trabajadores”, precisó Rodríguez.