San Juan de los Morros. A diario un enfermero cobra aproximadamente Bs. 2.500 y debe trasladarse caminando o en las denominadas «perreras» al hospital Israel Ranuárez Balza en la capital de Guárico. Esta es solo una muestra de las vicisitudes que afrontan en la actualidad los profesionales de la salud en la entidad llanera.
Este jueves 16 de mayo, en el acto del Día del Enfermero -conmemorado el domingo 12 de mayo-, desde el auditorio de la Casa Sindical la presidenta del colegio de Enfermería en Guárico, Petra Malave calificó como un «viacrucis» las dificultades que se presentan en los centros hospitalarios.
«Un día de salario implica asumir muchos desafíos, que van desde las dificultades para trasladarse al hospital hasta ver morir a un paciente por falta de medicina«, señaló. Apuntó que hay colegas que acuden a la jornada laboral con sus estómagos vacíos y zapatos desgastados.
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Malave también recordó que los enfermeros son testigos de las penurias que atraviesan los familiares de pacientes, quienes deben comprar medicamentos y material quirúrgico para la atención requerida, debido a la escasez de insumos médicos.
Denunció las fallas en servicios de electricidad y agua potable en el hospital de San Juan de los Morros; así como la precariedad en las distintas áreas del centro de salud. «En sala de parto las parturientas pasan 12 y hasta 24 horas sobre un metal, porque las camas no tienen colchón», lamentó.
La presidenta del colegio de enfermeros en el estado se ha convertido en la vocera de los problemas que hoy afectan al sector salud de Guárico. Esto ante el silencio de representantes del colegio de Médicos en la región, quienes este 2019 no se han pronunciado ante la problemática hospitalaria de la entidad.
Homenajeadas
Carmen Salazar, enfermera, fue una de las homenajeadas este jueves y declaró a El Pitazo que aunque tiene la responsabilidad de ser supervisora en el Ranuárez Balza, también padece la falta de transporte público y otras vicisitudes.
Enfatizó que quienes se mantienen en el hospital, aun con los bajos sueldos, es gracias a la vocación de servicio. En este último punto coincide la enfermera Carmela Conza, tambien homenajeada por su incansable labor, quien insistió que es gracias a la vocación y al compromiso con Venezuela por lo cual continúa laborando.
«Me motiva a continuar las ganas, el amor a la enfermería, mis hijas, las ganas de seguir en mi país porque a pesar de que tengo otra nacionalidad y me puedo ir, no quiero», aseveró Conza, quien denunció hostigamienro laboral por parte de las actuales autoridades del hospital Israel Ranuárez Balza.