San Juan de los Morros.- «Estábamos durmiendo y sentimos un estruendo, pensé que era un trueno y cuando me di cuenta el muro se nos vino encima», cuenta Elizabeth Manzano, quien lamentó lo ocurrido a causa de las fuertes lluvias, la noche del jueves 30 de julio, en el callejón el Dispensario de la comunidad Puerta Negra, en la capital del estado Guárico.
Ocho personas dormían en la vivienda de Manzano, entre ellos tres de sus cuatro hijos y dos nietos. Todos salieron corriendo de la casa y en cuestión de segundos el muro se derrumbó. «Llamé a mis hijos para que se levantaran, sacamos lo que pudimos y en lo que salimos de la casa se cayó la ventana, toda la tierra se vino y me acabó la cama y los colchones», recuerda Manzano.
Este lunes 3 de agosto, tres días después del derrumbe, las incesantes lluvias siguen presentes; mientras Elizabeth y sus familiares continúan en riesgo. «Yo todavía duermo en la sala porque no tengo para donde irme, pongo una colchoneta en el piso y duermo ahí», explicó Manzano, quien agregó que su hija mayor, con la nieta de cuatro años, se pasaron a una habitación que ellos mismos construyeron en años anteriores, al lado de la casa afectada por las lluvias.
«Yo no he podido dormir desde que pasó esto. Cuando llueve me quedo despierta y salgo corriendo a sentarme en la puerta a esperar, porque me da mucho miedo», relató con voz quebrantada, Manzano, quien por ese mismo miedo envió a su hija de 16 años y su nieto de un año, a vivir donde una amiga.
LEE TAMBIÉN
Apure | 90% de las calles de Mantecal están inundadas tras fuertes precipitaciones
Perdió su instrumento de trabajo
Quedar damnificados en medio de una pandemia por el COVID-19 y una compleja crisis venezolana, es cuesta arriba para cualquier familia humilde, como la de Elizabeth, quien lamentó la pérdida de su principal instrumento de trabajo, una máquina de coser, la cual se dañó a causa del deslizamiento de tierra que invadió la tranquilidad de su hogar.
Vivienda construida con esfuerzo
En medio de la incertidumbre, la madre afectada lamentó perder la vivienda que edificó producto de sus sacrificios durante años: «Esto lo construí con el esfuerzo de mi trabajo, y ahora me quedé sin nada, no sé qué voy a hacer», contó Elizabeth, sin poder contener las lágrimas.
Manzano pidió el apoyo a las autoridades regionales y municipales: «Necesito que me ayuden con colchones, con una máquina para sacar la tierra y unos materiales para ver si se puede construir o que me ayuden a buscar un lugar donde vivir, porque desde que esto pasó no puedo dormir», resaltó.
Además, aquellas organizaciones o voluntarios de San Juan de los Morros que deseen apoyar a esta familia damnificada, los pueden ubicar en la calle el Dispensario de Puerta Negra. Elizabeth, es una mujer trabajadora que hoy también requiere una nueva máquina de coser, con la cual continúe sus labores y logre ganar sus propios ingresos para gastos de alimentos y otros artículos del hogar.