Guanare.- «Somos unas 60.000 familias las que vivimos del café y ya no tenemos comida en nuestros hogares. Pero vamos a resistir, no vamos a vender el grano a 90 dólares». Así resume Hingi Colmenarez el conflicto de los productores ante la negativa del Gobierno de Nicolás Maduro de hacer respetar los precios establecidos en la Gaceta Oficial N° 42.721.
Este instrumento legal obliga a las torrefactoras a pagar el quintal de café corriente a 160 dólares, el de café natural a 170 dólares y el de café lavado a 180 dólares. «Pero no se está respetando, pese a que fue consensuado», refiere Colmenarez a El Pitazo.
«Nos están quebrando, nos quieren ver en la ruina; están comprando café bajo cuerda en 90, 110 y 115 dólares para obligarnos a entregar nuestra cosecha a precio de gallina flaca», sostiene el productor desde Araure, Portuguesa.
La agroindustria y el Gobierno se complotan para mantener los anaqueles llenos a costa de nuestro sacrificio, denuncia Colmenarez al tiempo que explica: «Es una locura, con esos precios ni siquiera se cubre un 70 % de los costos de producción».
Asambleas y marchas
El pasado 6 de noviembre, los caficultores de los estados Portuguesa, Lara y Trujillo se concentraron en las inmediaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), en Araure, donde se encontraba el coronel Alfredo Mora, presidente de la Corporación Venezolana del Café (CVC).
Allí, el funcionario oyó el reclamo de los productores, quienes le exigieron que se respete el acuerdo del precio del café, que está siendo incumplido por las torrefactoras y algunas empresas.
Los caficultores pidieron comparar los costos de producción tanto del sector primario como el industrial. Argumentan que en los supermercados, el café más barato está en 8 dólares. «No entendemos porqué no quieren respetar los precios, ya que con el pago entre 160 y 180 dólares por quintal, todos entramos en el margen de la ganancia”.
Es injusto el trato recibido, considera Hingi Colmenarez. Asegura que el café es el único rubro que en los últimos años ha venido levantándose sin ayuda oficial ni crediticia.
Hoy en día, dijo, estamos produciendo para abastecer el consumo nacional y generamos un excedente para la exportación. » Esto, gracias a los productores que nos hemos fajado pulmón a pulmón y con decisión a levantar la caficultura. No es justo que nos castiguen con precios irrisorios».