Barinas.- La dirigente social Annedys Aguilar, denunció a El Pitazo, a través de un contacto telefónico este martes 19 de enero que dos personas, un adulto y un niño de 11 años, murieron las últimas semanas en el municipio Sosa, estado Barinas, afectados por fiebre hemorrágica venezolana (FHV) también conocida como el «virus Guanarito».
Aguilar, quien también es coordinadora política del partido Soluciones para Venezuela en ese municipio, indicó que el virus Guanarito se propaga a través de roedores que proliferan en la época de sequía y para los cuales las autoridades regionales no han establecido ningún programa profiláctico para su prevención.
La dirigente lamentó que a la pandemia del COVID-19 se le sume la FHV porque agrava la situación sanitaria en el municipio, donde sus centros de salud están en deplorables condiciones y sin insumos para hacerle frente a cualquier emergencia que se presente.
Informó que los casos más recientes de contagio en el municipio reflejan el fallecimiento de un adulto y un niño, identificados como Carlos Alberto Núñez Ramírez, de 30 años, y Davier Eliezer Escalona Rodríguez, de 11 años de edad.
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De acuerdo con la web Academia Biomédica Digital, de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la enfermedad se caracteriza por la aparición de fiebre, dolor de cabeza, dolor de garganta, malestar general, seguida de dolor abdominal, diarrea y manifestaciones hemorrágicas y neurológicas.
La FHV tiene un comportamiento epidemiológico cíclico, registrándose períodos epidémicos cada 4 a 5 años, con la diferencia de que en cada período interepidémico se presenta un aumento en la morbilidad y mortalidad. Los estados considerados como áreas endémicas son Portuguesa, Barinas y Guárico, mientras que los estados Apure y Cojedes son considerados áreas de alto riesgo.
A juicio de Aguilar, el gobierno a través de los organismos competentes, está en la obligación de desarrollar una campaña de información y prevención urgente de control de roedores, para reducir la población de los mismos.
Pidió a los pobladores que estén conscientes de lo letal que es el virus y que debe privar la conciencia ciudadana entre los habitantes y proponerse sellar los orificios que existan en las viviendas para disminuir las posibilidades de que los roedores hagan madrigueras en un radio de 30 metros alrededor de la residencia, así como eliminar los elementos que puedan atraer a los roedores cerca de las casas como alimentos, granos, basura, entre otros y «utilizar medios de protección durante las labores agrícolas y labores de limpieza», apuntó.