La empresa regional de Control y Automatización de Distribución de Gas (Cadigas) ajustó en 728% los nuevos precios de los cilindros de gas en sus cuatro presentaciones a partir del 1 de febrero. Este incremento, a juicio del dirigente social Alfredo Silva, es un duro golpe para el bolsillo de sus paisanos, no solo porque la mayoría de los hogares no puede pagarlo, sino también porque el servicio es pésimo y deficiente.
De acuerdo con los mensajes enviados desde las Unidades de Batalla Hugo Chávez (Ubch) de diferentes comunidades, las tarifas que comenzaron a regir a partir del 1 de febrero serán de 1 millón 820.000 por los cilindros de 10 kilos, que desde octubre del 2020 se cancelaban a razón de 250.000 bolívares. Para los envases de 18 kilos habrá que pagar 3 millones 280.000 cuando antes se cotizaban en 450.000 bolívares.
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La bombona de 27 kilos, que valía 675.000 bolívares, pasó a costar 4 millones 920.000; y el cilindro con capacidad para 48 kilogramos, pasó de costar 1 millón 075.000 a 7 millones 840.00.
Silva cuestiona que el precio de la bombona más pequeña represente 1,5 sueldos mínimos, mientras que quien tiene un cilindro de 48 kilos debe reunir 7 salarios y medios para poder comprarlo. “¿Acaso quienes fijan esos precios inalcanzables para un servicio necesario en los hogares venezolanos desconocen que la mayoría de los ciudadanos de a pie no puede comprar gas para su casa?”, interrogó el dirigente social.
Agregó el también miembro del partido Un Nuevo Tiempo que con los nuevos precios de las bombonas, impuestos sin ningún tipo de consulta a las comunidades, muchos serán los hogares que continuarán cocinando con leña “porque sus exiguos ingresos no les permiten pagar por un servicio que, aparte de costoso, es deficiente. El año pasado generó más de un centenar de protestas porque para reponer los cilindros demoraban entre cuatro y seis meses”.
Silva llamó la atención de la directiva de Cadigas y del gobernador, “quien es responsable del funcionamiento de esa empresa creada por su gestión”, para que revisen y ajusten los precios del servicio. Considera que con esas tarifas, los barineses continuarán padeciendo los rigores de la falta de gas en sus hogares, quizás ya no por falta del indispensable carburante, sino porque no tienen cómo comprarlo”, comentó.