Guanare.- Los estudiantes de las universidades privadas del estado Portuguesa reclaman cada día mejor calidad de los servicios. No están satisfechos con los aumentos progresivos de los costos de la matrícula, ni con la calidad de la enseñanza impartida.
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Este 28 de enero hubo protesta en los portones del Colegio Universitario Monseñor de Talavera en Acarigua-Araure. Los alumnos reclaman que la edificación se cae a pedazos y que no hay disposición a mejorar, pese a que los costos de permanencia se calculan en dólares o en bolívares abultados en un ambiente de hiperinflación.
«La universidad no nos está dando la calidad de educación por la que estamos pagando, cada vez el costo es más elevado y nos ofrecen menos», dijo una alumna en medio de la protesta, cuyo nombre reservamos a petición propia, dado su temor a represalias.
La vocera destacó que a los alumnos les cobran la inscripción dos veces por trimestre. Advirtió que dividen el trimestre en dos lapsos «y por cada uno debemos pagar la matrícula. Eso es injusto, porque nos están cobrando dos veces la inscripción».
«A cada estudiante se le aumenta el 10% de la deuda, cada vez que se cumple la fecha de pago y este no ha cancelado la cuota correspondiente. Además, bloquean a los estudiantes en mora y no permiten cargar asignaciones hasta no pagar», argumentó la mujer.
No tenemos filtro de agua potable, no tenemos cafetín, los baños están en situación deplorable, no hay profesores y los pocos que se animan a dar clases se van porque no se les paga un salario suficiente, a pesar de que la universidad aumenta trimestralmente los costos de permanencia, sostuvo la alumna, cursante de la carrera de diseño de modas.
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José Dávila, alumno de diseño gráfico, la otra carrera que ofrece el Monseñor de Talavera, denunció que el trabajo administrativo también es caótico. «Solo hay una persona en control de estudio que se encarga de todo y colapsa por tanto trabajo». A esta queja de Dávila se une la de su compañero Mariano Silva, quien reveló que la universidad no tiene planes de mantenimiento. «Hay personal obrero, pero los mismos no cuentan con los recursos para hacer su labor como es debido’, señaló.
Un paseo por las instalaciones del Colegio Monseñor de Talavera en Acarigua-Araure es suficiente para observar los problemas de la planta física. No hay mantenimiento de las áreas verdes, las aulas están deterioradas. La universidad cuenta con un segundo nivel que luce inservible .»No tiene energía eléctrica, está totalmente abandonado. Allí se encuentran las oficinas de coordinación, pero debido a las condiciones tampoco están en uso», argumentó Silva.
A parte de los problemas de infraestructura, entre los cuales sobresalen el deterioro de los salones de clases, los estudiantes exigen vigilancia diurna y nocturna, porteros, más personal en control de estudio y la habilitación y actualización de la biblioteca. Refieren que la plataforma tecnológica de la institución está desactualizada en perjuicio de los alumnos.
«Se debe, aparte de entregar trabajos en físico, cargar cada asignación al portal porque de no ser así el estudiante puede perder la materia».
A pesar de ser un colegio que forma diseñadores de modas, no se cuenta con máquinas de coser en el taller de costura, dejando a los estudiantes en la situación de buscar aprender por su cuenta, reiteraron los voceros.
Caso similar pasa con los estudiantes de diseño gráfico, ya que no cuentan con equipos en el laboratorio de computación.
Los alumnos alegaron que lo antes expuesto es la razón por la que manifestaron el martes 28 de enero. «Fue para exigir respuestas a todas estas fallas. Necesitamos saber ¿cuál es el misterio? ¿a dónde va nuestro dinero? ¿quiénes se están beneficiando? porque, supuestamente, la sede principal en Caracas no envía los recursos para solventar estas necesidades», resumió Silva. Se están violando nuestros derechos como personas y como estudiantes, recalcó.