Acarigua.- Al cierre de la primera semana del mes de enero, un 65 por cierto del comercio de las ciudades de Acarigua y Araure se mantienen cerrados. Unos tomaron un descanso, luego de las festividades navideña, y han previsto abrir los locales al público a partir del 15; mientras que otros evalúan si continúan en el sector, debido a los altos índices inflacionarios en el país, que con el alza del dólar, inició el año con una nueva devaluación.
Los comerciantes manifiestan sentirse cada día más empobrecidos. Luis Eduardo Fonseca es socio en la venta de lubricantes para vehículos, y considera que, debido a la volatilidad del dólar paralelo vive en una eterna incertidumbre, y esto le ha impedido reponer sus inventarios.
“Casi todos los comerciantes nos regimos por el dólar paralelo, porque es en divisas como estamos adquiriendo el producto, así que si yo hoy hago un pedido a un precio, mañana no sabré cómo debo vender, si lo mantengo me descapitalizo más de lo que ya estamos todos los venezolanos”, expresó el joven, padre un de un niño.
INCERTIDUMBRE DE LOS PRECIOS MANTIENE CERRADOS LOS COMERCIOS EN MACHIQUES
Parte del sector comercial y de prestación de servicios de las ciudades gemelas que se atrevió a abrir sus puertas al público, están ofreciendo ofertas para poder garantizar las ventas durante este mes, considera como “flojo” por los vendedores.
“Estuvimos recorriendo el centro para comprar productos de primera necesidad y muchos locales están cerrados aún, uno que otro bodegón y comercio de asiáticos son los que conseguimos abiertos y ahí nos tocó comprar”, dijo Corteza Monsalve, asegurando que la limitación de locales disponibles no les ha permitido consultar precios, como ahora acostumbran los venezolanos antes de comprar, para quedarse con el mejor.
Ante la situación, José Leonardo Pinto, vicepresidente de la Cámara de Comercio e Industria de Acarigua-Araure (CCIAA), precisó que la depresión del sector en estos momentos se debe a que la mayoría de las fábricas y distribuidoras han clausurado, simplemente esperan hasta los meses de febrero y marzo para reactivarse.
“Los anaqueles están vacíos y difícilmente se pueden volver a surtir porque muchas de las distribuidoras y fábricas están cerradas. Además, el comerciante sabe que existe una incongruencia en el aumento del dólar paralelo que es hoy la moneda dura, y no se atreve a arriesgar su capital”, explicó.
Pinto resaltó que sector terciario de la economía ha hecho grandes esfuerzos para mantener sus operaciones pero cada vez se hace más difícil y no hay medidas para combatir la hiperinflación en el país, lo que indudablemente termina con más desempleo y cierre de comercio.