San Cristóbal.- Las calles de San Cristóbal y de los municipios que conducen a la frontera del estado Táchira con Colombia están repletas de personas caminando con bolsos en la espalda, bolsas, maletas y niños en brazos. Bajo el sol y la lluvia, se observan los llamados “caminantes” de retorno al vecino país, huyéndole a las alcabalas, efectivos militares y policiales.
Este lunes 12 de octubre, El Pitazo realizó un recorrido por las principales avenidas y autopistas de la ciudad de San Cristóbal para conocer la historia de quienes deciden regresar a la frontera.
Carlos Peláez (34) salió el martes 5 de octubre de Maracay, estado Aragua, junto a su esposa (30) e hijo de 12 años de edad, quien tiene una parálisis cerebral. Lo llevan acostado en una carretilla alta y lo van alimentando en el camino con lo que les van dando.
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Va a Bogotá, sin dinero, con la voluntad de Dios y la fe puesta en él. Es la segunda vez que sale de Venezuela por la situación económica. Regresó en abril del año en curso por la pandemia para sacarle la cédula venezolana a su hijo, pero no lo logró por estar cerrado el Saime. Estuvo con su familia en dos Punto de Atención de Salud Integral (Pasi), donde no contaban ni con pañales para el pequeño.
“Amo a mi país y todo, pero el gobierno no me da la oportunidad y con lo que hay no voy a subsistir con mi familia. Tengo mi niño especial, por más que sea no rinde el sueldo, todo es caro, el trabajo te lo pagan con lo que quieren y pueden, entonces nos tocó abandonar el país para mejorar; no hay como la tierra, pero es lo que toca”.
Desde el martes han caminado y recibido aventones en camiones de traslado de ganado. Se han encontrado a personas en la vía que les dan alimentos y duermen donde los agarre la noche, buscando siempre un techo para abrigar al niño.
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En lo que se refiere a los efectivos militares manifestó: “Nos han tratado un poco fuerte, nos paran si traes tapaboca, si traes salvoconducto; no vas a pasar, no quiero, espérense a las siete de la noche, ocho de la noche; qué tienes, cuánto vales, así son ellos”, expresó.
No está de acuerdo con quienes dicen que son traidores a la patria o que se van del país para buscar la vida fácil, pues destacó que en otras naciones también deben trabajar para ganarse la vida, pero el sueldo les alcanza.
“Critican porque no están en los zapatos de uno, nadie piensa porqué se van caminando. Uno lo hace por la necesidad, ¿quién va a querer caminar ese trecho porque sí?. Si les muestro un antes y después no me creen, de cómo hemos cambiado por la necesidad”, acotó.
Con sus tres hijos
Carmen Beatriz Silva es del estado Yaracuy. Desde el miércoles 7 de octubre salió caminando con sus hijos de 4, 8 y 16 años, dos sobrinos, una hermana y un primo. Quiere llegar a Cúcuta -departamento Norte de Santander- Colombia, para recibir el apoyo de dos hijos que están en Ecuador, y comenzar de cero.
“He pasado mucho trabajo con mis hijas desde que se puso la situación fuerte, a veces tengo para darles de comer y a veces no, y me vine hacia acá porque tengo dos hijos en Ecuador, ellos me van a ayudar, pero cuando esté en Cúcuta, quiero echar adelante con mis hijas, no seguir pasando trabajo y darles lo mejor que pueda, no seguir en esta situación. Si algún día se acomoda mi país, yo regreso”.
Se arrepiente de haber votado por el gobierno actual. Llorando, le expresó a El Pitazo su tristeza por haber tenido que dejar a su mamá de 68 años de edad, quien padece del corazón. “Le dije: ‘má, yo me voy, yo lucho para mandarle para que ustedes se alimenten mejor’, pero es fuerte, esto no es fácil”, afirmó.