Valera.- Las líneas del transporte público, urbano y suburbano, del estado Trujillo, iniciaron un paro indefinido a partir de este martes, 6 de octubre, debido a la falta de gasolina en la región.
La medida, respaldada por los conductores adscritos al Sindicato Único del Transporte, tiene como objetivo persuadir al gobierno regional y nacional de habilitar más estaciones de servicio para la atención del gremio.
Los conductores consideran que la distribución de Pdvsa está centralizada en el municipio Valera (perteneciente al Eje Metropolitano) y el municipio Boconó, desde mediados de agosto.
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Esto se debe a que la empresa nacional, junto a la Zona Operativa de Defensa Integral Trujillo (Zodi), suspendieron el abastecimiento de los chóferes en las estaciones de Los Silos y La Concepción. Decisión que dejó sin gasolina a los transportistas de los municipios del Eje Panamericano y Eje Capital.
Obligatoriamente deben viajar a Valera, a la estación El Trapiche, y volver a sus sitios de trabajo. «Los 60 litros que les van a poner se le gastan en el camino de regreso» comentó José Coll, directivo de una línea del municipio San Rafael de Carvajal, perteneciente al Eje Metropolitano, en referencia a sus compañeros de los municipios Carache y Candelaria.
Esto sin mencionar que les prometieron 120 litros diarios por unidad y apenas reciben la mitad de esa cantidad, cada mes y medio.
En contra de los atropellos
Igualmente, la protesta quiere fijar una posición ante los atropellos de los cuerpos de seguridad en contra de sus compañeros, quienes son vejados por el simple hecho de hacer una cola por combustible.
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Quieren que se respeten los derechos y no se repitan incidentes como el ocurrido en Boconó, donde un conductor, de una línea extraurbana, fue detenido por la Guardia Nacional por anotarse en una lista de espera.
Usuarios a pie
En medio de esta conflictividad, entre el transporte y el gobierno, los pasajeros se quedaron sin suficientes medios para movilizarse.
Únicamente tienen acceso a las pocas unidades de Bus Trujillo, los transportistas piratas, que cobran hasta 100.000 bolívares de pasaje, y otros conductores pertenecientes al Sindicato Bolivariano del Transporte. Estos últimos no respaldan la paralización en la semana de cuarentena de flexibilización.
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