Valera.- En la mañana del martes 13 de julio, Weslosky López, habitante del municipio San Rafael de Carvajal, acudió a las instalaciones del tanque de almacenamiento de la Hidrológica de Los Andes (Hidroandes), ubicado en el sector La Cabecera, y junto a unos vecinos conversaba con el vigilante. Querían saber por un tanque de dos millones de litros de agua no estaba en funcionamiento.
La respuesta a eso ya la sabían. El sistema de bombeo del Acueducto Metropolitano, que surte a los municipios Valera y Carvajal, está paralizado. Hasta ese día, de 12 bombas, solo una estaba en funcionamiento. El 80% de ambas localidades estaban sin el servicio.
López y sus vecinos solo querían un plan alterno, una solución, una respuesta de las autoridades, quienes durante 66 días de reuniones comunitarias, recepción de documentos, invitaciones públicas, manifestaciones y marchas, no los escuchaban o atendían.
No obstante, a las 8:00 am, una patrulla de la Policía de Trujillo apareció en escena y se lo llevaron detenido por “estar en instalaciones protegidas por el estado», dijo López en una entrevista vía telefónica a El Pitazo este viernes, 16 de julio.
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López, quien trabajó 26 años de su vida como electricista en la antigua Cadafe (hoy Corpoelec), declaró que no cometió alteración al orden público o resistencia, pero aún así lo mantuvieron detenido por 31 horas. En la audiencia de presentación, realizada el miércoles 14 de julio, lo dejaron libre, pero bajo presentación cada 15 días. Pese a esa medida, él espera obtener libertad plena.
“Hemos hecho de todo, documentos, firmas y sellos, pero no hemos logrado nada de ellos. Lo importante es aclarar que no es un problema político, el problema es que no hay agua. Ahorita, espero en un lapso de 10 días ganarme la libertad. No cometí ninguna alteración al orden público, no hay culpabilidad”, dijo el también avicultor.
Comentó que actualmente, de acuerdo al censo poblacional, unas 88.000 personas de la localidad están sin agua. Al principio, el servicio era diario, luego interdiario y en los últimos años pasan hasta un mes sin recibir el servicio por tuberías.
“El pueblo de Carvajal se da cuenta de que es una injusticia. A mí no me van a callar, yo no conozco el miedo; voy a seguir luchando. Hay que reclamar de una manera justa los derechos. Es el pueblo el que tiene el poder”, dijo López, quien aseguró que no tiene intenciones de ser alcalde o concejal, pues no tiene partido o ideología. Únicamente quiere un servicio digno.
Este sábado 17 de julio, las comunidades llevan como mínimo 15 días sin agua potable, pero algunas llevan 40 y 60 días. En Valera, una ciudad de 700.000 habitantes, también padecen la escasez. Decenas de personas hacen fila con baldes frente a la planta de llenado en el sector Santo Domingo.
En las comunidades de ambas localidades la gente sale a las calles con estos recipientes, porque Hidroandes activó un plan de contingencia. López dijo, sin ánimo de ser desagradecido, que eso no es eficaz. Los camiones cisterna no entran a los callejones; solo pasan por la carretera principal.
“La gente tiene que sacar los tobos a la calle. Sería una solución si lo hicieran de manera diaria, pero sabemos que no se puede. Una pipa no es solución. Esos camiones de 30.000 litros son 15 tanques de 2.000 litros”, detalló López, quien también criticó el uso de este operativo como campaña política.
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“Si uno se expresa de esa manera, lo acusan de opositor, de perturbar la paz. Ya esto es muy grave y la respuesta no la conseguimos. Porque no están haciendo lo que deberían. Solución para todos, sin privilegiados. El agua es insustituible. La solución es decretar el acueducto en emergencia, que haya una inversión directa del Gobierno central”, manifestó el ciudadano.
Esta semana se ha registrado al menos una protesta diaria en Carvajal, incluso tres simultáneamente en distintas comunidades. Hidroandes, dirigida por Abraham Linares, informó este 15 de julio de la reparación e instalación de una segunda bomba y dijo estar a la espera de una tercera, aunque solo del sistema de Valera.
«El temor es que un día nos vamos a quedar todos sin agua y uno lo que quiere a esta edad es estar tranquilo», finalizó el hombre de 49 años de edad, quien pese a tener a sus hijos fuera del país, no quiere irse del país.