Valera.- El aumento del salario mínimo para los habitantes del municipio Valera, estado Trujillo, es insuficiente para pagar la alimentación de sus familias. De acuerdo con algunos de ellos, entrevistados en la mañana de este lunes, 16 de noviembre, en los locales de venta de comida en el centro de la ciudad, 1 millón 200.000 bolívares no alcanzan ni para los productos de un día.
En promedio, un proveedor familiar debe gastar como mínimo 10 millones de bolívares semanales, equivalentes a 15 dólares solo para comida.
«El salario mínimo es un incentivo, porque con eso no se compra nada y la variación de los precios cada día es peor. Con eso no nos alcanza para llevar la harina. Yo gasto alrededor de 10 millones semanales«, contó Edward Linares, quien hacía mercado en un supermercado asiático.
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Si ahorran lo suficiente, los ciudadanos pueden disponer de 40 millones de bolívares mensuales (entre 50 y 60 dólares) y sin gastar en medicamentos, productos de aseo personal o vestimenta.
«No compramos nada con ese salario, los precios son más elevados y no hay control del dólar. Esto es una barbaridad. Al mes yo gasto más de 30 millones mensuales para hacer un buen mercado con lo más esencial, como huevos, harina y queso», dijo María Aguilar, otra ciudadana consultada por El Pitazo.
Hay quienes achacan la responsabilidad del aumento de los productos a los comerciantes, pues consideran que algunos se aprovechan de la inestabilidad económica para cobrar sobreprecios.
«Yo no vivo del salario mínimo, es imposible. Para disponer de la cesta básica yo debo tener como 50 dólares. Otro punto, el comerciante no ha agarrado el dólar como una tasa, sino para justificar el aumento de un producto porque les da la gana. Un día una harina cuesta 1 dólar y al día siguiente, 2», opinó Desireé Coronado.
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Comerciantes padecen la hiperinflación
No obstante, los comerciantes aseguran ser víctimas de la hiperinflación y la ausencia de políticas económicas que protejan a las pequeñas y medianas empresas.
«Empresas como nosotros estamos tratando de sobrevivir también. Como consumidora me preocupa que medio cartón de huevos esté en más de un millón, pero no es nuestra culpa. Hoy bajó el dólar y bajamos los precios, lo que otros no hacen», dijo Oriana Matos, trabajadora de un comercio de descendencia libanesa.
La comerciante comentó que a los vendedores pequeños, el Estado, por medio de la Superintendencia Nacional para la Defensa para los Derechos Socioeconómicos (Sundde), los hace regirse por la tasa del Banco Central de Venezuela al momento de fijar precios al consumidor, que no está lejos de la tasa paralela. Sin embargo, a las grandes distribuidoras no los regula con tanta frecuencia.