Valera.- La población de Trujillo, capital del estado Trujillo, arriba a 462 años de fundada este miércoles nueve de octubre y sus habitantes, además de celebrar la emblemática fecha, aspiran a una mejoría en los servicios públicos.
Los trujillanos actualmente vivena diario innumerables bajones y racionamientos eléctricos, conjugados con la falta de gasolina y pocas unidades de transporte público.
La llamada Ciudad Portátil, ubicada al amparo de la Virgen de la Paz y a la sombra del Monumento La Paz, no escapa a esta realidad. «La electricidad es uno de los servicios más quebrantados. Hay cortes a cada rato, perdí la cuenta de cuántos. Se me han dañado dos televisores, la nevera y otros electrodomésticos. Trujillo está huérfana, necesita una caricia de amor», declaró Wilson Perdomo, residente del sector Tres Esquinas.
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José Hernández, conductor de la línea Valera-Trujillo, comentó que las variaciones de voltaje son indiscriminados en su sitio de residencia, sector Las Araujas.
Aunque eso no solo afecta a los artefactos eléctricos, sino el servicio en las bombas de gasolina. «Hasta siete veces se va la electricidad en el día y las cuatro bombas que hay en Trujillo no tienen planta. La gente se queda en la cola hasta que llegue la luz, eso si hay gasolina, porque volvió a escasear», dijo el transportista.
No hay prioridad
Los conductores que prestan servicio en el municipio capital, fundado por el capitán Diego García de Paredes en 1557, expresaron que la distribución de combustible los afecta y han reducido su horario de trabajo. No tienen prioridad o una estación exclusivamente para transporte, como ocurre en Valera.
«Se supone que tenemos la estación de La Concepción, pero ahí meten diez carros de la cola y diez del transporte. Hay que hacer presión, porque son 13 líneas de Trujillo, Pampán y Pampanito. En otras gasolineras hay que rogar para llenar el tanque. Yo ayer estuve en la estación de San Jacinto desde medio día hasta las siete de la noche», contó Giovanni Márquez, otro transportista consultado.