Valera.- Este martes, 14 de enero, los trujillanos, en especial los habitantes del municipio Escuque, celebraron la fiesta del Dulce Nombre del Niño Jesús. Una tradición que cumplió 410 años, pues está ligada a la llegada de la imagen a la población en 1610.
A las 11:00 a.m. comenzó la misa central, oficiada por el obispo de la Diócesis de Trujillo, Cástor Oswaldo Azuaje, en compañía del sacerdote del Santuario del Niño Jesús, Miguel Ángel Monsalve; y padres de otras parroquias eclesiásticas.
Cuidar a los niños desamparados
Cientos de fieles abarrotaron el templo, dispuestos a escuchar la palabra y pagar promesas a la advocación de Jesús en su infancia.
Los niños, muchos de ellos vestidos de blanco, con la capa roja y la corona dorada, fueron los protagonistas. Monseñor Azuaje les dedicó la homilía.
A su juicio, ellos son la representación de El Salvador en la tierra. Manifestó que es necesario cuidarlos, educarlos y enseñarles sobre el amor de Dios. Especialmente abogó por los niños, quienes por circunstancias sociales y económicas, están desamparados y no saben, en su inocencia, por qué sufren.
Dejar la corrupción
La autoridad religiosa exhortó a los presentes a pedir al Niño Jesús de Escuque por el bien de la Iglesia, la paz del mundo y la libertad de Venezuela. Frente a funcionarios públicos y dirigentes, de distintas ideologías políticas, invitó a la reconciliación.
“Tenemos que pedirle al Niño Jesús que todos los venezolanos nos amemos, nos reconciliemos, nos reencontremos y dejemos a un lado, las intrigas, las rencillas, la corrupción en general y seamos como verdaderos niños, tengamos un corazón grande para amar, como Jesús en su infancia” expresó el obispo.
La celebración de la eucaristía culminó a las 12:30 p.m., con el sonido de las campanas, para dar paso a las actividades culturales en la Plaza Bolívar. A las 6:00 p.m. la imagen salió en procesión por las calles de Escuque.
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