Por: Génesis Chinchilla
Trujillo.– Luego de tres años de pandemia, los trujillanos celebran nuevamente la tradicional procesión de la Virgen de La Paz, en el marco de sus 453 años de historia.
“Tenemos mucho tiempo con esta tradición y hoy nos sentimos complacidos por poder volver después de tanto tiempo de pandemia. Hoy esa fe y esa devoción a la Virgen nos ha llamado de nuevo y aquí estamos”, relató a El Pitazo Gregoriana Romana, mientras caminaba de la mano de su esposo.
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Gregoriana expresó lo que muchos trujillanos coincidieron al ser entrevistados por El Pitazo: la alegría de volver a caminar junto a la Virgen después de la pandemia.
Esta trujillana contó que asiste a las festividades de la Virgen desde adolescente, y que desde hace un par de años va junto a su esposo; “ambos ya ochenteros y aquí estamos” afirmó.
La festividad inició con la eucaristía presidida por el obispo monseñor José Trinidad Fernández, luego la Virgen salió de la Catedral de Trujillo para reunirse a la feligresía. El presbítero Gustavo Godoy estimó que en la procesión hubo unas 3.000 personas
Ángel Bastidas es un bombero trujillano que participa desde hace cinco años en la procesión de la Virgen. A pesar de no tener mucho tiempo asistiendo, esperaba con ansias el regreso de la Virgen a las calles.
“Vengo con mis amigos y con mis compañeros bomberos. Le pido a la Virgen mucha paz y que nos libre completamente de esta pandemia que los atacó”, expresó Bastidas.
Yeraldin Lujano es una trujillana que se considera denota de la Virgen de La Paz. Ella recordó que desde niña asiste a las procesiones de la patrona diocesana junto a sus padres.
“Hoy vengo con mis papás, y con mi hijo. Le pedimos a la Virgen salud, que sea un año de muchas bendiciones y que aumente la fe en cada trujillano”, expresó Lujano quien caminaba agarrada de la mano de su hijo de 7 años.
Niñas vestidas de Virgen
Danyelbis Godoy, junto a su hermana Karla Zambrano, estaban en la plaza Bolívar de Trujillo mientras esperaban la salida de la Catedral de la Virgen, ambas vestidas con trajes alusivos a la patrona diocesana.
La madre de las niñas afirma que la tradición empezó cuando su hija mayor tenía 4 años, en el 2014.
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“Una vez usó una de las capas de la Virgen, el padre se la prestó” afirmó la madre quien se considera una devota mariana gracias a que su tía pertenecía a la Sociedad Virgen de la Paz.
Ambas niñas afirmaron sentirse muy entusiasmadas por utilizar el traje de la patrona de Trujillo. Incluso, Karla de 7 años rezó la oración que cada noche le dedica a la Virgen.