Por Emily Garzón
Programa de pasantías Nuevos Periodistas
Táchira.- En Pueblo Nuevo, avenida Las Pilas, municipio San Cristóbal, reside una paciente crónica de 11 años. En sus pulmones presenta manchas negras a causa de una pulmonía. Todos los días requiere de electricidad para conectar los respiradores y cumplir el tratamiento, pero casi siempre la energía es interrumpida en la madrugada. Su padre teme por la vida de su hija, que se encuentra grave.
Wilmer Jaimes contó a El Pitazo el calvario que vive junto a su hija desde 1 de enero de 2023 a causa de los apagones. “Mi hija está conectada a respiradores eléctricos. Estos equipos mantienen a la niña con vida. Debido a tantas horas sin luz, mi hija puede morir”, explicó Jaimes.
Para hacer funcionar los respiradores de la niña, cuando se interrumpe la electricidad, contaban con una planta eléctrica. Sin embargo, esta se les dañó. “Un centro médico nos prestó apoyo”, indicó el entrevistado.
En algunas ocasiones, los funcionarios de Protección Civil Táchira les proporcionan durante unas horas un equipo que les suministra energía.
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En la vivienda, una enfermera cuidada a la niña, mientras Jaimes trabaja. Por otro lado, el ciudadano aseguró que por las fallas de energía está en la disposición de mudarse con su hija a otro país, donde los servicios funcionen.
Jaimes reseñó que su madre también padece una enfermedad en los pulmones. Necesita de los respiradores eléctricos, vive a 50 metros de la casa y tiene los mismos problemas con el servicio.
Al exponer el caso de su hija de 11 años en la estatal de energía, recibe maltratos. “Los empleados de Corpoelec Táchira me maltratan. Me insultan. Me sacan a empujones de la sede que está en la avenida Libertador. No nos toman en cuenta. Nos ignoran. Más bien nos aplican más horas de corte de luz”, indicó el padre.
Además, aseguró que en la sede de Corpoelec Táchira le cerraron la puerta en la cara. Le bloquean los números de teléfono. “Empiezan a molestarse cuando llamamos. Ponen y quitan el servicio eléctrico cuando quieren”, afirmó Jaimes.
A varios vecinos del sector se les han dañado los electrodomésticos y la comida. La oscuridad incrementa la inseguridad y temen que los ladrones ingresen a las casas.