San Cristóbal.– Hace un mes en la sede de Funtaes que funcionaba como un refugio del barrio El Río de la ciudad de San Cristóbal, la comunidad denunció la presencia de una familia en la que se cometían actos lascivos contra las hijas de la pareja y en contra de menores de edad que habitan en el sector. Organismos de seguridad realizaron la detención de los acusados y ahora los habitantes del lugar trabajan para convertir el espacio en un comedor popular y centro de formación.
Así lo informó el cooredinador de la Fundación Ríos de Esperanza, José Miguel Carreño Moncada, a El Pitazo este miércoles 14 de febrero.
Carreño coordina el comedor Ríos de Esperanza junto con la organización Alimenta la Solidaridad, encargados de la alimentación de más de 70 niños en estado de desnutrición y de algunas personas de la tercera edad que se encuentran en situación de pobreza.
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Aunque el espacio aún tiene algunos invasores, la comunidad ya está trabajando en su recuperación, pero las filtraciones han dañado los techos, han generado humedad en las paredes y requieren de arreglos a nivel de infraestructura, además de la dotación de pupitres y equipos que les permitan la instalación no solo del comedor, que proyecta ampliar la entrega de comidas preparadas a 150 niños, sino también de un centro de formación en donde se impartan tareas dirigidas, clases de música, teatro y deporte.
“Nuestro proyecto es iniciar un centro de formación a la comunidad, debido a que estas instalaciones han marcado huellas malas hacia los niños del sector, vivían personas malas, se veían allanamientos, personas indecentes. A través de Alimenta la Solidaridad estamos acondicionando este espacio, se beneficiarán 150 niños de la comunidad de Rafael Moreno, La Playa y Altos de Bella Vista. Durante ocho años fueron estas instalaciones ocupadas por un mal gobierno que lo que vino a traer al Táchira fue desidia, como el anterior gobernador Vielma Mora, quien trajo a estas personas a acabar estas instalaciones, a dejarlas en ruinas”, expresó Carreño.
Manifestó José Miguel Carreño que con la creación de este centro de formación y comedor, buscan evitar que esos espacios vuelvan a ser usados para que habiten personas ajenas a la comunidad, que llegan a cometer hechos irregulares; además de que buscan proyectar la iniciativa de transformar los espacios mal usados, en beneficio de las comunidades.
Acotó que los mismos habitantes de la comunidad se encargarán de los arreglos de infraestructura, lo que requieren es de la dotación de materiales.