Táchira.- El sacerdote Roberto Arellano murió la tarde de este 6 de enero tras haber contraído COVID-19. Estaba hospitalizado en una clínica privada, según informó el obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Mario del Valle Moronta.
Arellano fue un sacerdote querido en la comunidad católica. Tenía un grupo de hombres que se llamaban San Andrés, que se congregaban a hacer oración. Además guiaba el grupo de apostolado carismático y una casa de oración en el municipio Michelena, donde dirigía retiros en los que ayudó a quienes necesitaron orientación espiritual.
El padre Roberto Arellano era conocido por estar facultado para realizar exorcismos, pero también los tachirenses tenían especial empatía con él por sus oraciones, era comúnmente buscado para sanaciones en personas enfermas. Durante la misa de la Divina Misericordia del año pasado, informó que era el enviado especial de El Vaticano para conceder perdón.
Entre sus trabajos como guía espiritual, estuvo el realizado en la casa hogar Buscando a Jesús en las Calles, donde se atienden a niños en condiciones vulnerables. Allí guiaba no solo a la directora, sino a los niños y adolescentes que han pasado por la casa habilitada.
LEE TAMBIÉN
Estos son los secuestros registrados en Táchira los últimos meses
Roberto Arellano tuvo cáncer en dos oportunidades y los superó, sin embargo, al contagiarse de COVID-19 requirió atención médica inmediata y, tras haber estado hospitalizado, murió.
A través de redes sociales los tachirenses han mostrado su tristeza y lamento por la partida del padre Arellano.
Arellano es el segundo sacerdote que muere por la enfermedad de coronavirus, pues el pasado 22 de septiembre falleció el padre Edixandro Morán.