María F. Chaparro Ayala, del Programa de formación de Nuevos Periodistas
Táchira.- Comerciantes y consumidores de establecimientos en San Cristóbal, la capital tachirense, ven con preocupación la situación de los indigentes y aseguran que se incrementa. No tienen trabajo para subsistir y terminan en las calles, avenidas y comercios mendigando dinero o comida.
Es una situación incómoda para los comerciantes: “Es bastante fuerte porque aquí llegan muchas personas adultas, niños, ancianos de todas las edades. Algunos clientes les regalan dinero o un pastelito, unos no les prestan atención y otros se incomodan, además, hay algunos muy groseros si no les dan nada”, indicó Valentina Colmenares, trabajadora de un local de pasteles en el sector Barrio Obrero.
Richard Colmenares, propietario de un minibodegón de Barrio Obrero, comentó que aunque no son muchos los indigentes que pasan por su negocio a pedir algo, a los que lo hacen él ha tratado de ayudarlos aconsejándolos, explicándoles que con el dinero que recogen pueden hacer cosas mejores, esto principalmente con quienes consumen licor o alguna sustancia ilícita.
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«Son personas que han tenido alguna situación en casa, falta de alguna figura paterna o materna, de atención o violencia, no sabemos qué es lo que las ha llevado a ese punto, pero siempre que puedo ayudo a alguna”, agregó el comerciante.
Según Colmenares, la comunidad podría hacer más por estas personas, pero es importante que ellas también tengan la voluntad de querer ser ayudadas.
Por su parte, Juan Sánchez, consumidor frecuente de la zona de Barrio Obrero, comentó: “Siempre que estoy consumiendo en algún local, sobre todo los que son en la calle o abiertos de fácil acceso, llegan muchas personas a pedir, mayormente, con niños, me da un poco de tristeza, ver a esos niños con calor y caritas de cansancio, les he colaborado, pero no siempre puedo”, comentó.
Sánchez agregó que para él la situación de estas personas debe ser mejorada por las autoridades: “En todos los países hay indigencia, hay gente que pide, realmente es un tema de Gobierno, el Estado sí debería controlar eso reubicándolas, prestándoles apoyo o una solución, ya que hay niños que crecen en ese entorno y no tienen la culpa, muchas veces los padres los obligan a pedir, si no, no comen”, precisó.