San Cristóbal.- El llamado que hicieron fue a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (OEA), Michelle Bachelet, debido a que las fallas en las diálisis son constantes por los reiterados y prolongados apagones.
Luz Martínez, esposa de un paciente renal, relató que se despertó como cada jueves a las 5:30 de la mañana para llevar a su marido a la unidad de diálisis y no había electricidad en su casa, llamó a una enfermera del sitio quien le indicó que allí no había energía, que si llegaba a las 8 de la mañana o antes podrían dializarlo, de lo contrario perdería el turno que usualmente es de 6:30 de la mañana a 9.
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No fue restituido el servicio eléctrico. Tan solo en esa unidad 12 pacientes quedaron sin recibir el tratamiento que les garantiza vivir. Además en otro centro de diálisis se registró la misma situación y nueve pacientes no fueron atendidos.
Aunque la Gobernación del estado Táchira ha dispuesto de una planta eléctrica que les presta a los pacientes renales cada vez que hay apagones, usualmente está disponible a partir de las 8 de la mañana y cuando el ingeniero encargado pueda ir a encenderla, por ello el primer turno usualmente es suspendido si hay apagón, pues médicos y enfermeros procuran respetar los horarios de diálisis para no congestionar las unidades.
En medio de la suspensión, Martínez pidió a Bachelet que visite al Táchira o que al menos pida de manera formal a los encargados de la salud y la electricidad que se realicen planes especiales que garanticen las diálisis, pues las ida de luz son constantes e interrumpen los ciclos.
También Carlos Navarro, paciente renal, pidió lo mismo. «Nosotros no tenemos cómo comprar una planta eléctrica de la capacidad que requiere la unidad, por eso le pido -a Bachelet- como padre de tres hijas y abuelo de dos niños, que nos ayude porque no queremos morirnos por culpa de los apagones. Ya tenemos suficiente con no poder comer bien ni conseguir transporte público» indicó.
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