Mérida.- El Observatorio Venezolano de Prisiones y Una Ventana a la Libertad informan que desde ayer viernes, 5 de noviembre, más de 600 presos recluidos en el Centro Penitenciario de la Región Andina (CEPRA), ubicado en el municipio Sucre del estado Mérida, iniciaron una huelga de hambre..
Las razones de esta acción de protesta serían la falta de alimentos, brotes de enfermedades como hepatitis y dengue por insalubridad y nula atención médica, así como violaciones del derecho a la visita de familiares y maltratos por parte de los funcionarios que custodian a los reos.
«El equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones fue contactado por un grupo de reos, quienes denunciaron que la actual directiva del recinto penitenciario disminuyó el horario de visita, así como también cambió el lugar donde se recibían las visitas, quienes ahora no tienen acceso a sanitarios», indica en una nota el OVP. Los privados de libertad también denunciaron a esta organización no gubernamental (ONG) que funcionarios del retén han grabado visitas conyugales.
«La restricción de la visita de los familiares influye en que los presos reciben menos alimentos que les son provistos por sus madres, hermanas o esposas, los cuales son prácticamente su único sustento», agrega El OVP.
Incumplimiento de excarcelaciones
El Pitazo conversó vía telefónica con una familiar de uno de los reos del CEPRA, quien refirió que no ha podido comunicarse con él desde el miércoles pasado, 3 de noviembre. Desconoce si su familiar se unió a la huelga de hambre, pero confirmó las denuncias reseñadas por el OVP. «Ahí hay presos que se han muerto por desnutrición, porque no les dan comida», dijo quien pidió el anonimato por temor a represalias.
La esposa de un expreso, con quien también se comunicó El Pitazo, dijo que a su cónyuge lo liberaron en julio pasado, pero que otros reos que ya cumplieron su tiempo en prisión y deberían ser excarcelados, continúan tras las rejas. «Los engañaron. En julio revisaron cada expediente y dijeron que liberarían a quienes ya cumplieron su tiempo presos, pero no todos salieron», aseguró quien también solicitó resguardar su identidad.
El año pasado los presos del CEPRA también protestaron, y fueron reprimidos con golpes por parte de sus custodios e incluso con gas lacrimógeno. En enero de este año, familiares exigieron reactivación de procedimientos judiciales que estaban paralizados por la pandemia de COVID-19.