Por Oriana García, del Programa de formación de nuevos periodistas
Mérida.- La salud física y mental, así como el poder adquisitivo del adulto mayor en Mérida, se ven afectados por los bajos ingresos económicos en pensiones y jubilaciones, así como también por el deterioro de servicios públicos y de salud.
Además de eso, un 67 % de los adultos mayores vive solo, lo cual aumenta el riesgo de que padezcan ansiedad o depresión, según reportes de Convite y Envejecimiento Poblacional en Venezuela (Enpoven).
El equipo de El Pitazo entrevistó a adultos mayores merideños para conocer sus condiciones de vida actual. Estela Contreras, de 62 años, vive sola y lleva 23 años trabajando de forma independiente. Expresa que antes de la pandemia vendía arepas, empanadas, café y jugos. Luego de la pandemia su negocio cayó y ahora solo vende jugos de naranja.
“En estos momentos solo tengo la ayuda de mi pensión, los bonos que me llegan, ya que en el negocio hay veces que no vendo nada, y ni para los pasajes tengo. Cuando mi hija puede, me ayuda”, expresó Contreras.
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Según la organización Convite, la principal fuente de ingresos en adultos mayores en Mérida proviene de la economía informal (comida, artesanía y agricultura, entre otros). Mientras que sus ingresos mensuales son de 0 a 5 dólares, y solo un 6 % recibe dinero proveniente de remesas.
Jesús Quintero, de 52 años, quien trabaja en una institución educativa llamada Jardín Franciscano, alegó que su sueldo es de tres dólares y solo le alcanza para comprar un kilo de harina, un cartón de huevos y un cuarto de kilo de queso, por lo que se vio en la necesidad de buscar un trabajo extra en agricultura.
“No tengo familia, vivo solo y no recibo ningún tipo de ayuda. Me compré dos ruedas para hacer una carrucha y comenzar a trabajar como vendedor ambulante vendiendo chichas”, contó Quintero.
Sumado a esto, en tema de salud mental en adultos mayores predomina la ansiedad y depresión, según Convite. Tal es el caso en Mérida, en donde el número de suicidios en adultos mayores aumentó en un 9,6 %, según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).