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jueves, 28 marzo, 2024

Medicamentos colombianos son una alternativa económica para los trujillanos

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Valera.- Una caja de acetaminofén es exhibida sobre un chupetero en uno de los puestos del terminal de pasajeros del municipio Valera, estado Trujillo. Hace unos años esta oferta hubiera sido considerada extraña, pero actualmente la venta de medicamentos de manera ambulante ha ganado espacio en la región.

Los productos, de acuerdo con los comerciantes consultados, son traídos de Colombia a precios económicos en comparación con los encontrados en las farmacias tradicionales. «Mi esposo los trae por Cúcuta o Maicao. Trae más analgésicos, que si acetaminofén, diclofenac, omeprazol. Son baratos en comparación con las farmacias, les ganamos poco», dijo la dueña del puesto, quien prefirió no identificarse.

Ella no es la única en los alrededores del terminal, también se encuentran los vendedores ambulantes, quienes ofrecen antibióticos como amoxicilina.

«No tenemos clientes fijos, pero la gente al ver las cajas pregunta y lleva si tiene el efectivo. Un blíster de 10 tabletas de acetaminofén sale en 2.000, pero en una farmacia fácil puede estar en 10.000 o 15.000 bolívares», expresó la comerciante.

Farmacias paralelas

En el centro del municipio hay quienes han cambiado incluso la razón comercial de sus locales. Un buhonero de ropa, quien pidió no ser identificado, contó que ahora su fuerte son los medicamentos colombianos. Tiene clientes fijos, quienes compran fármacos para enfermedades crónicas y oncológicas.

«Yo soy consciente. Le gano el 30% a cada producto. Ahora, no sé cuánto le gana quien me lo trae de Colombia, porque a ellos sí les cuesta pasarlos por la frontera», dijo.


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Este tipo de farmacia paralela recibe de 20 a 30 personas diarias debido a sus precios. «Unos están baratos y otros casi iguales, pero se consiguen más que en las farmacias. Yo tengo clientes fijos», aseguró.

Las autoridades de la alcaldía hace un mes realizaron visitas a los vendedores informales y los amenazaron con prisión. «A un compañero le quitaron los productos y casi lo meten preso, por eso yo quité mis carteles», reseñó el buhonero.

Los medicamentos colombianos se venden en bodegas, calles y locales de cualquier tipo | Foto: María Gabriela Danieri

Alternativa a la crisis

Ante la escasez de medicamentos o su elevado precio, los trujillanos tienen confianza en los productos extranjeros. «Yo compro en la calle todo el tiempo, acetaminofén, ibuprofeno, amoxicilina. Son accesibles y buenos», declaró Isabel Perdomo.

María Briceño, quien también compra medicinas en las farmacias alternativas, dijo que lo hace por necesidad. «Yo busco la salud de mi hijo, si no le consigo carbamazepina me convulsiona. Lo consigo en 12.000 bolívares en la calle y en las farmacias en casi 80.000, busco lo más barato», dijo la mujer.

Benito Linares, al contrario que las dos anteriores, no ahorró en la compra de estos productos, pero no tuvo opción. «Buscaba silostal porque mi esposa es operada de trombo. No lo conseguí en ninguna farmacia y tampoco en el país. Un primo me los trajo de Colombia, pero no vi ahorro», relató.

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