Mérida.- Los libros antiguos y raros que posee la Universidad de Los Andes (ULA) en Mérida son Patrimonio Cultural del municipio Libertador, desde este miércoles 4 de noviembre. El acto de entrega del decreto tuvo lugar en el Salón de Libros Antiguos de la biblioteca central de la Universidad de Los Andes (ULA), con la presencia del alcalde de la ciudad y autoridades de la ULA.
Alcides Mosalve, alcalde del municipio Libertador, destacó durante el acto el valor histórico y cultural de dicho fondo de libros y aseguró que la ULA cuenta con el apoyo de su gestión para todo lo que pueda hacerse en beneficio de la preservación de este patrimonio.
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Este decreto se sustenta en lo establecido en el artículo 6 de la Ordenanza de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural del municipio Libertador. La solicitud del mismo fue hecha al Concejo Municipal por la vicerrectora académica de la ULA, Patricia Rosenzweig, el 12 de julio de este año.
Cinco siglos de legado escrito
«Este fondo de libros antiguos y raros constituye la piedra angular sobre la que se cimentó todo el proyecto educativo iniciado por fray Juan Ramos de Lora. He ahí donde nace la universidad», explicó Marlene Bauste, directora de los Servicios Bibliotecarios de la ULA (Serbiula), quien estuvo presente en el acto y fue la encargada de recibir el decreto.
Por su parte, Ramón Marquina, jefe del Salón de Libros Antiguos de la biblioteca central de la ULA, detalló el contenido de este importante espacio y cómo es conservado. «Aquí hay 1.005 libros antiguos, agrupados en 1.500 volúmenes, todos de los siglos XVI, XVII, XVIII, XIX y algunos del siglo XX. Para conservarlos, tenemos deshumidificadores, aislamiento de las estanterías de la luz solar y artificial y control de la temperatura con el uso de aire acondicionado, para evitar la presencia de insectos y roedores», explicó.
Sin embargo, la falta de presupuesto que vive la ULA desde hace años impide la adquisición de insumos necesarios para el mantenimiento de esos libros. «Esta declaración de patrimonio cultural significa también poder acceder a recursos que nos permitan crear las condiciones ideales para su preservación, ya que este fondo de libros es un legado de la ULA para la humanidad», destacó Bauste.
La biblioteca central de la ULA se creó en 1888 por decreto del entonces presidente de la República, Antonio Guzmán Blanco. Un año más tarde, comenzó a prestar sus servicios y, desde finales de la década de 1980, tiene su sede actual en el edificio administrativo de la ULA.